Bar Miramar

Este bar tiene dos pisos y en cada uno tiene unas ventanas que a mí me fascinan no sólo por lo coquetas que se ven, sino por la ventilación que le dan al lugar.
Por dentro te da la impreión de estar en un barco. Todo es de madera, precioso y las ventanas que por fuera vez pequeñas y cuadradas por dentro son circulares.
En el segundo piso la sillas son más pequeñas que abajo y más incómodas, pero estás tan sumergido en la idea de estar en alta mar que es lo que menos te preocupa.
Te lo recomiendo no por la comida, ni por la bebida, si no por lo clásico del edificio y el lugar.

Imagínate que un paseo por la Alameda Central y la avenida Juárez de la ciudad de México termina a bordo de un buque de velas en el que lindas chicas te ofrecen bebidas y cocteles mientras un grupo interpreta alguna melodía melancólica y romántica.
Algo así es este bar ubicado precisamente a una cuadra del jardín más central de la capital mexicana, donde te encontrarás con la decoración propia de un galerón, buenos tragos y música en vivo, sin tener que hacer un gasto excesivo. Sin ser nada extraordinario, el lugar tiene su encanto y es propicio para pasar unas horas muy agradables en un sitio seguro y con carácter.

El Bar Miramar es de esos santuarios cantinescos dentro del Centro Histórico. Si bien no está ubicado cerca del Zócalo, Bolívar o Isabel La Católica, sí pertenece a ese grupo de bares selectos que todo ciudadano debe conocer. Se encuentra en Avenida Independencia, cerca del Teatro Metropolitan. El interior tiene historia, pues es un galerón, todo es de madera, como si tuviera la forma de un barco.
La decoración de madera al interior vuelve una experiencia la visita. El consumo realmente es barato, ya que va desde los 100 hasta los 300 pesos, además también puedes adquirir una ficha, la cual tiene un costo de 60 pesos y no tiene cover. El Bar es el lugar ideal para ir a echar un trago con tus amigos, ya que el mismo ambiente es amigable y poco romántico, al contrario, el tiempo parece congelarse, pues el segundo piso es igual, de madera, incluso tiene sillas bajas y un rincón sombrío.

Este el lugar es el infierno. Aburrido y lleno de ficheras de falda corta y cara de odio que te exigirán propina por cada cerveza que les invites. Decorado como el camarote de un barco del tercer mundo, una orquesta de cumbia siempre mal afinada tocará para los fantasmas o para sí misma. Las pocas veces que llegado a entrar aquí el lugar está deshabitado. Caro, aburrido y feo. Una edificio en ruinas es más divertido.

La decoración de esta cantina se inspira en el camarote de un yate de velas, tapizado en madera; pero parece la casa de un hobbit donde las ficheras vestidas con strapless de lycra sirven los tragos en jaibol. Baila con ellas al ritmo del conjunto tropical.
Estaciónate en el hotel Metropol en la calle Luis Moya, elige conductor designado y visita este bar en lo que esperas a que inicie el concierto en el Teatro Metropólitan.