Impecable la atención, muchos mozos bien organizados. Mucha variedad de comida mexicana al estilo oaxaca pero además tienen lo clásico. Recomendable pero no como primera opción sino como alternativa. Si sos Argentino y estás en DF algunos platos de acá harán que no extrañes tanto.
Justin M.
Rating des Ortes: 3 East Palo Alto, CA
Oaxacan food isn’t that hard to come by in Mexico City, but I haven’t found too many locations to eat the regional cuisine in a nice sit-down restaurant. Quite often we can get the tacos we need from a puesto and of course our friend who pushes the bike cart around all night will always bring us tamales Oaxaqueños. Still, I have yet to find a tuna dish seasoned with crickets on the street, and certainly no taco stand has served me a chicken plate with 6 different types of mole sauce to try. By taking the opportunity to dine at Barro Negro you will be providing yourself to sample Oaxacan cuisine of a higher level. While certainly the flavor palette is different from that of other Mexican regions and may not be the favorite of many, it is nice to try the variation of other States from time to time. Additionally, I have to highly recommend Barron Negro for a New Year’s Eve celebration. They strike the perfect balance between throwing a party and acknowledging the holiday and taking it easy without going overboard. Completely reasonable in price, any patron on New Year’s will be treated to a multi-course meal, along with live musical performances, an assortment of part-favors and gifts, and of course the grape-eating tradition. Once the clock has struck midnight, no one will think otherwise if you choose to head home. This is a fun party for anyone who is looking for a level of tameness in their revelry.
Marggy A.
Rating des Ortes: 4 Mexico City, México
Ya no tenemos que ir hasta Santo Domingo para probar la deliciosa comida oaxaqueña, sin duda este lugar debe probarse y conocerse si disfrutas de este estilo de comida. El concepto engloba la gastronomía y la artesanía; retomando los conocimientos ancestrales mexicanas que se han pasado de generación a generación representando nuestra esencia. Si eres mexicano o disfrutas de aprender de nuestra cultura es un gran lugar que debes conocer. En la ciudad existen varios establecimientos de estos restaurantes pero yo recomiendo este local que se vuelve mi favorito para cenar. El ambiente interior tiene varios detalles mexicanos y cuida bastante la iluminación para crear el ambiente deseado. Las margaritas tiene sabores ricos e intensos y siempre prefiero tomarlas en la terraza o la zona de lounge que es lo más padre. Tip: no dejes de fijarte en la decoración que incluye piezas de barro negro realmente bonitas, donde podemos apreciar ciertas técnicas artesanales para su creación
Guillermo Y.
Rating des Ortes: 3 Mexico City, México
Donde la calle de Hamburgo deja atrás a la zona rosa de la colonia Juárez, encontrarás Barro Negro, un restaurante en donde decidieron dar un giro de tuerca para crear una cocina oaxaqueña contemporánea. Te recibirán con un diminuto jarrito de mezcal muy decente para abrir el apetito. Huele a maguey cocido y su sabor es equilibrado, tal como debe ser. El único problema es, como ya dije, que es diminuto. Ofrecen, por supuesto, algunos de los clásicos oaxaqueños: la Ofrenda de Maíz, que incluye memelas, tetelas y empanadas de amarillito. Las empanadas –más parecidas a unos tacos– rellenas de pollo cubierto con el característico sabor a hoja santa de un exquisito mole amarillito. Las memelas, en cambio, son parecidas a lo que los capitalinos conocemos como sopes, bañadas con frijoles. Una de las memelas se acompaña con salsa verde, pero la mejor es la de mole negro, de sabor dulce y ahumado. La tetela –un triangulito de masa– rellena de requesón tiene un sabor ligero y agradable, aunque la de hongos con chile, con un pequeño toque aceitoso, no tiene igual. El potaje de acoyotes es una deliciosa sopa de enormes frijoles aromatizada con hoja santa y acompañada con tamalitos de plátano. La porción resulta tan grande como los frijoles, por lo que el sabor profundo, herbal y terroso puede resultar cansado. La degustación de moles vale mucho la pena.