Bistrot Mosaico

Nice staff. Airport food. Tried peasant soup and meatball dish — under impressed. Too salty, service too slow. I’d pass on this one

La comida es buena pero aguas con las promociones que ponen afuera, son para jalar gente pero a la mera hora aplican restricciones que no especifican en el anuncio. Además la atención es mala

En las Salidas Internacionales de la Terminal 1 se encuentra un restaurante-​café de excelente gusto, decoración avant-​garde, y mucho Glamour todo con un mismo tema: 100% Francés!
Bistrot Mosaico tiene el concepto de restaurante parisino en la Ciudad de México (AICM), cuentan con desayunos, comidas, aperitivos, postres y quesos finos para llevar
En esta ocasión probé los desayunos, tienen gran variedad de pan dulce y el exquisito pan francés; los desayunos también tienen muy buen gusto como los Omelettes y Tartines para desayunar, el Omelette de 3 quesos y de salmón son mis favoritos.
Te sirven jugos 100 naturales y te ofrecen una Mimosa para el desayuno que es opcional, la carta de postres es muy variada como un mosaico y todo es delicioso!
El Lugar esta muy original, por todos lados hay pinturas y carteles muy estilo Tolouse Lautrec; la música de fondo es de muchos artistas franceses y canadienses tipo Mylene Farmer, Alizeé, y muchos éxitos franceses de los 70.
El servicio es de primera calidad, rápido, efectivo y muy amables, me llama mucho la atencion de sus boinas parisinas puestas.
Como seña particular cuenta con un perchero largo en las paredes para los que llegan o van de viaje.
Si pasan por la Terminal 1 Salidas Internacionales vengan aquí y siéntanse en un íntimo lugar exquisito con sabor a París

Les voy a contar una triste historia:
Era la mañana después de mi boda y mi esposo y yo nos dirigíamos a una merecida luna de miel en Cozumel. El check-​in en el aeropuerto fue un poco latoso (los detalles son aburridos) y los efectos de la desvelada y el ayuno empezaban a afectar mi buen humor. Por eso, ya que tuvimos los boletos en mano, mi adorable esposo sugirió desayunar en el Bistrot Mosaico.
Llegamos, nos sentamos y pedimos jugos, cafés, y la comida. Esperamos… esperamos… esperamos… y NUNCA llegó nuestra orden. Tuvimos paciencia un rato, pero cuando la perdimos y mi esposo preguntó qué pasaba con nuestra comida, resultó que habían perdido la comanda. Ya no daba tiempo para seguir esperando, así que nos fuimos. Ni siquiera recibimos una disculpa.
Y esa es la triste historia de cómo mi luna de miel comenzó con un feo sándwich de refrigerador (de esos que venden en los Oxxos y las tienditas de aeropuerto), porque ya no daba tiempo de otra cosa. En algo que NO puede fallar un restaurante de aeropuerto es en la rapidez; y es que casi todos los que comen ahí tienen prisa.
He ido otras veces a esta sucursal porque la comida es mucho mejor que el resto de las opciones del aeropuerto, pero debo decir que, tres años después, sigo con ese mal sabor de boca. ¡Era mi luna de miel!