El exceso de trabajo me había impedido escribir esta reseña, pero ya es momento. Gracias a Unilocal,tuve la oportunidad de conocer este lugar. Desde el inicio me llamó la atención el menú: mariscos estilo Boston. Ese menú, fuera de las series de televisión, no lo conocía. Black Oyster, dentro de Casa Quimera. El lugar da una sensación curiosa: es muy bonito y acojedor, pero al mismo tiempo, sí da la impresión de que no estás en un restaurante, si no en una especie de mercado«nice». No es un adjetivo despectivo, es que no sé cómo describir el que el Casa Quimera es como una mezcla de varios lugares. Dah, pues sí: es una quimera. El lugar es una asociación de tres amigos que se encontraron en el mar, que por lo que entendí, es su lugar favorito. Se trata de Oliver Zarazua(oceanógrafo), Raúl Romano(proveedor de supermercados), Arturo Albaradejo(que se dedica a distribuir quesos) y Abraham Rodríguez(el chef). Todos, gustosos de los productos marinos e interesados por poner su propio local, decidieron asociarse para sí, poner una marisquería, pero no repetir algo que podría ser relativamente común en México. Así que buscaron un menú que pudiera ser atractivo y que fuese poco conocido: mariscos estilo Boston. Tienen apenas unos meses y se han esforzado por ir creando un buen equipo de trabajo, y la verdad, se nota que sus empleados tienen cierto cariño al lugar. Viniendo de un estado sin costa, para mí es difícil comer platillos con base en alimentos marinos. Me encantan, pero no me considero experta. Así que decidí probar de todo. Empecemos con esa crema de mariscos en pan(ver foto). Riquísima y de la porción perfecta para que, en tiempo de frío, entre tu cuerpo en calor sin llenarse. Destacan las ostras al horno, platillo que parece será uno de los característicos de lugar, precisamente, porque está basado en ostras negras. Probamos también unos camarones horneados con queso y en especias. Por último, algo sencillo pero bien preparado: un clamato. Destacan, por su sencillez y ricura, los camarones y el clamato. Las ostras estaban muy buenas, sin embargo hay que recordar que no a todo el mundo le gustan(ahora, que ir a un lugar cuyo nombre refiere a este producto y que no te gusten… pues ya está raro). La sopita está riquísima, pero si ustedes van por lo mero bueno, podrían dejarla de lado. No por mala, si no porque ¡VAMOS A ATASCARNOSDEMARISCOS! :D Aquí hay que hacer un paréntesis y volver a los dueños, ¿no les parece interesante que un oceanógrafo se dedique a esto? remite a los nuevos restaurantes que se dedican a producir sus propios alimentos. Zarazua me contaba que esto comenzó desde sus estudios en la Universidad Autónoma de Baja California, espacio educativo con el que sigue en contacto e incluso, es proveedor de algunos de los productos que vende en Black Oyster. Ese dato particularmente me pareció fantástico: no se trata de sólo consumir, si no que hay que hacerlo bajo estándares de calidad y de cuidado para el medio ambiente. Él también se dedica a distribuir a otros espacios comerciales, pero ojalá este producto cuidado y atendido llegue pronto a más población. Si eres una persona gustosa de los mariscos y nuevas recetas, no dudes en ir. Si eres muy tradicionalista, tal vez no sea totalmente de tu gusto pero no pierdes nada en tratar. El menú no es tan económico, tanto por el producto como por la zona, debes tomarlo en cuenta. Ahora, como dice mi abuelo: hay que probar de todo y en todos los lugares, así que si te quieres consentir un día, podrías darle el chance.
Harry B.
Rating des Ortes: 5 México, D.F., Mexico
The hospitality, the smells, the clam chowder, the old bay seasoning, this place is Maryland and Delaware right down the street, and the Clam Chowder melts in your mouth, this was the PERFECT taste to a long day and a great night! The oystes, the shrimp, the menu offering crab rolls and MORE — and everything that came our way for this Unilocal evning was amazing. The managers waited on us hand and foot beyond what was courteous, and even though a small area, the taste is bigger than life.