Bulldog

No hay mejor lugar para aprovechar tu dinero, hombres $ 300 por 10 bebidas, grupo en vivo incluido y buena noche asegurada es hasta poco. Sigue siendo mi antro bar favorito. Bull Bull Bull!

Me encanta este lugar! Pasa el tiempo y sigue siendo la mejor opción para pasar una noche excelente!!!

El antrazo de los chavos indie por excelencia. Por encima del Pasagüero, el Caradura o una pujante multitud de foros-​antros-​fresirockerones, el Bulldog Café es legendario más que nada por su historia. Un inmueble bastante grande, con un estilo y personalidad propios e inconfundibles, que en su pasado inauguró las glorias de bandas como Molotov o Fobia, con un largo etcétera de grupos indie desde los noventas hasta nuestros días.
Famoso por la apertura de la que carecían otros antros (pedantes hasta decir basta), el Bulldog Café es símbolo de una generación de fiesteros. Barra libre, coctelería loca servida de manos de barman buena onda, cachondeo y alguna que otra vez, un tiro (porque es inevitable, pues)
Y si bien es cierto que cada vez se ha alejado más de esta situación cultural y alternativa para consolidarse como un antro más para chavos «rebeldes», el Bull siempre es una buena opción para echar la farra (una disculpa por el vocabulario dominguero)

Una de las cosas que más me cautivan es indagar lo referente a la identidad urbana; y de ello lo más evidente que es, literal, su fachada. Como la de esta joya mudéjar en pleno Mixcoac, que afortunadamente sobrevive entre tanta destrucción y que alberga al afamado Bulldog Café.
Pocos saben que la singular casona blanca se cuenta entre los edificios más importantes de la ciudad de México por sus características arquitectónicas que le valieron ser la primera edificación de la Delegación Benito Juárez que fue catalogada por el INBA, en febrero de 1997, entre los Monumentos Históricos Inmuebles de la capital del país.
Encargado por el prominente abogado porfiriano don Francisco de Asís Serralde, el proyecto original consideró un rectángulo de 21 por 35 metros, tomando módulos de siete por siete metros, que nos ubican en las filosofías de la arquitectura islámica, donde el 7 se consideraba un número espiritual por que unía las tres dimensiones del mundo terrestre con los cuatro puntos cardinales del universo
La construcción tardó más de 10 años y finalmente fue terminada en 1903. La Casa Árabe, como se le conoce desde entonces, estaba destinada a convertirse en un lugar mítico y mágico, características que en buena parte conserva hasta la fecha. Así que cuando vayas al Bulldog Café diviértete, pero no olvides que este lugar es algo más que un buen antro.

El ambiente en este lugar, es bastante bueno. Se caracteriza por tener música rockera pero de un tiempo a acá ponen de todo. El servicio, bueno es el de un antro, no se puede esperar mucho pero si vas a ella pasarte lo buen rato escuchar música, bailar Oligar, este podría ser tu lugar. El alcohol, es bastante malo y de dudosa procedencia, así que no te recomiendo gastar tus tickets, mejor guárdalos y tirarlos a la basura.
Si vas a tomar alcohol en este lugar, es mejor que pidas una botella y cerciórate de que la botella se encuentra cerrada.

Así hubiera un cover de $ 500, en el Bull nunca queda la sensación de haber pagado de más, pues con su variedad de tragos y el calor que hace adentro, tendrás la sed suficiente para desquitar cada peso.
Hace mucho que el Bulldog dejó de ser lo que nuestros tíos rockeros de los 90’s decían de él, pues gradual –y descaradamente– se convirtió en un antro de jovencitos de camisa desabrochada hasta el tercer botón y chicas que dejan el glamour en la taza del baño.
Eso sí, la fiesta está asegurada, si se te acaban los boletitos es posible hacer un «deal» con alguno de los barteneders y por cierta cantidad, no te dejará de servir durante toda la noche.
La música es ya de Miley Cyrus y Britney Spears, lo más «rockero» que escuches probablemente será «Sex on Fire» de Kings of Leon, pero ¿y qué tiene eso de malo?
Cuando salgas prueba las costras del puesto de afuera, serán la cereza del pastel de tu noche en Bull.

Bulldog Café o como es más conocido «Bull» es un excelente lugar si lo que te gusta es bailar y el rock and roll. La primera vez que fui, ya había oído muchísimo a mis amigos hablar de este lugar, por lo que tenía grandes expectativas al respecto y en efecto todos se cumplieron. Lo primero que me llamó la atención en cuanto entré, fueron las dimensiones del lugar, es gigantesco, me encantó ese aire de misterio que tiene el edificio, con escaleras que van de un lado a otro y un sinfín de puertas que lo mismo te llevan a un pequeño balcón que a un bar desde donde puedes admirar el bullicio del primer piso. Si te prometen diversión, sin duda la vas a encontrar y posiblemente algún que otro amigo o conocido, ya que asiste tanta gente a Bull que resulta increíble, pero que se le va a hacer si el lugar tiene toda la onda, y sí, no es menos cierto que para los hombres resulta un poco caro el cover (300 pesos) pero teniendo en cuenta que te entregan 10 boletos equivalentes al trago que desees y lo bueno del ambiente, vale totalmente la pena.
Es un lugar que recomiendo mucho para ir con los amigos, además de que es un clásico entre los amantes del rock, también ponen música para todos los gustos. Sin duda tienes que vivir la experiencia.
Si tienes hambre, prueba la pizza, parece mentira lo rica que puede estar.
Nota: Por nada del mundo olvides tu IFE, no hay forma de que te dejen pasar.