En la planta baja de un edificio de ladrillos en la esquina de Magdalena y Pasadena en la Colonia de Valle se encuentra un pequeño local que resguarda al Café Dorell y varias de sus delicias. Este lugar es ideal para tomar una taza de café con alguno de sus postres, o si lo prefieres para ir a comer, pero el verdadero atractivo de este sitio son los helados, creo que los mejores son el de maracuyá, mandarina o guanábana. Puedes pedirlo para llevar y caminar por la zona o disfrutar de su sabor en alguna de las mesas del interior, o en las banquitas de la calle. Creo que es una buena opción para pasar el rato o simplemente olvidarse de los ajetreos de la ciudad y disfrutar de buenos postres.