Cantina Dos Naciones

Cual flor de arrabal, el Dos Naciones no me es desconocido. Esta cantina/​salón de baile ubicada en el centro es parte del repertorio kitsch del baile tropical.
La primera vez que vine aquí hace algunos años casi saco propina, no sabía si indignarme o emocionarme, en todo caso la pasé muy bien bailando cumbias con viejitos con diversos grados de intoxicación (pero ninguno como para pasar la noche en el Torito, eh). Las profesionales del gremio siguen siendo mucho más atinadas que yo al llevarle el paso a estos caballeros que bailan con estilo de antes pero eso no quiere decir que no valga la pena darse una vuelta y tirar unos pasillos.
Como dice la canción «Ceñida en mí, atenta y firme al bailar, ha de ser gloria de esta danza de arrabal».

Si lo que quieres es una cantina tradicional y arrabal. El Dos Naciones es eso y más, desde hace 61 años esta cantina da servicio de bar, hay música en vivo y mantiene la tradición de «las ficheras». Es un lugar amplio y seguro, con dos niveles, en la planta baja puedes ir a beber y comer la botana que tienen cada día, también hay una rockola donde puedes poner diversos géneros musicales. El el 1er piso, están las ya famosas ficheras que siguen la tradición de bailar y platicar con el cliente con el objetivo de que éste aumente su consumo de bebidas; actualmente son pocas las cantinas que mantienen esta «tradición», así que si quieres ir a bailar en compañía de tus amigos, puedes ir a beber alguna cerveza o bebida de tu preferencia y divertirte a tu elección; es un lugar seguro, muy bien ubicado en el Centro Histórico.

No puedes decirte capitalino si no has ido al Bar Dos Naciones. Es el auténtico museo del trago y el arrabal. Esta cantina es la única con 12 tiempos, es decir que puedes comer 12 platillos diferentes como botana y si consumes a partir de tres tragos no pagas lo que comas.
El lugar es encantador por donde lo mires. En las noches en el primer piso hay ficheras y los fines de semana hay orquesta o música en vivo. En ocasiones se organizan lectura de cuentos, poesía o performances. Incluso llegan a poner un cuadrilátero de lucha libre.
Un lugar que no te puedes perder y no le tengas miedo a la comida, como es tradición de cantina la botana luce mal, de verdad mal, pero sabe muy rica. Un día nos ofrecieron un espagueti color verde que parecía más bien merengue verde de algún pastel de quinceañera, pero sabía muy bien. Mi recomendación: arriésgate con la botana, no te arrepentirás.

Sí vas a la cantina Dos Naciones sabrás que la sensación será igual a la de hacer un viaje al pasado.
Este sitio opera todavía con la dinámica de una cantina tradicional, pero con el encanto de su ambiente cabaretero, en donde la música nunca para de sonar, o los partidos de fútbol en el televisor se disfrutan más que estando en casa.
Las veces que he visitado las Dos Naciones he acompañado mis bebidas con la tradicional botana. A veces caldo de camarón, paella, u otro tipo de guisos, que si bien no son los mejores, alivianan el rato pues será común que te de hambre.
La parte de abajo es mucho más relajada, aún así, no le resta encantó al lugar. Su segundo piso, en momentos, se convierte en una pista de baile, pues al ritmo de cumbias, salsas y demás peticiones románticas, las parejas y amigos presumen sus mejores pasos.
Aquí encontrarás a las famosas ficheras, mujeres que también tienen pinta de vivir como estacionadas en la década de los 70, pero que pueden hacer pasar un rato agradable a cualquier parroquiano.
No dejen de visitar este sitio que vale mucho la pena conocer, miles de personas lo han visitado en sus varias décadas de operación, aunque para ser sinceros, si te restulta complicado adentrarte en los ambientes del arrabal cantinero, mejor ni vayas, aunque aquí hay diversión garantizada.

En el centro del la ciudad, como testigo del transito comercial de la calle de Bolívar, se encuentra uno de los mejores lugares para descubrir una dinámica suburbana de cuyos vaivenes todos hemos sido protagonistas.
En el Restaurante Bar Dos Naciones, el ambiente del piso de abajo es familiar, pero se conjuga con el aroma festivo de la tradición cabaretera, aclimatada por la música de orquesta que suena en vivo y aliñada a las caderas danzantes de las damas ficheras. Dicha tradición se revive con todo y sus rituales, pues la cocina (que ofrece lo que ellos llaman «Botana Premium») y los tragos tienen también un toque de condimento arrabal; la sopa zapoteca, el caldo de camarón y los tlacoyos, son algunos de los platillos que puedes disfrutar, gratis, después de consumir tres copitas.
Personajes como Alfonso Zayas o Yolanda Montéz «Tongolele», han sido homenajeadas en el también llamado «Museo de tragos y arrabal», jugando así un papel importante en la historia del Teatro de revista, como promotor de esta tradición.
Sin duda, el lugar es ideal para pasar la noche entera.

Ven a este sitio si quieres cotorrear, bailar con una fichera o con tu pareja, puedes caerle cuando quieras. Su horario de atención es el equivalente al del after que en el centro ya no hay, pues nunca cierra. Aquí hay chelas y bolas, cubas y brandy’s, música en vivo y mujeres de esas de las que antaño sabían que no hay porque bailar tan rápido ni con tantas vueltas; hay botana de cacahuates y precios módicos. Si lo que quieres es seguírtela en un ambiente detenido en los años 40’s y donde se baila sabroso, este es el sitio que estabas esperando descubrir.
El sitio esta ubicado en la calle de Bolívar, recuerda que aquí se bebe y se baila rico y porque no, puedes enamorarte de una de estás mujeres que saben y visten con el color del pasado. Este es un sitio que no te puedes perder en el centro de la ciudad.

Sin duda alguna encontrar una cantina más o menos decente hoy día es difícil. Y por decente no me refiero a sus instalaciones sino a su servicio.
La vida diaria por el Centro Histórico siempre es una alegoría y no puedes tener mejor manera de cerrarlo que yendo a Dos Naciones.
Con una historia de más de medio siglo, Dos Naciones es de las pocas cantinas que te encuentras por la ciudad y que de verdad disfrutas su estancia. El ambiente que te ofrece es como el de ayeres lejanos y su carta siempre es una exquisitez.
Para empezar, la botana es la reina de Dos Naciones. Para tener «derecho» a ella debes consumir un mínimo de cervezas y entonces la botana viene por default.
Sus precios son bastante asequibles y su comida sigue siendo de las mejores que te puedas encontrar.
Con un estilo clásico de cantina, Dos Naciones te invita a que te atrevas a entrar a sus instalaciones, a la vieja usanza, a las tradiciones mexicanas.
El ambiente que se maneja es demasiado agradable; si quieres algo más de «acción», la parte de arriba siempre está llena de las famosas ficheras que por unos $ 30-​$ 40 bailan contigo.
Así que ya sabes, si lo que quieres es disfrutar de la vieja escuela y salir un poco de la monotonía de los bares, Dos Naciones es la opción.

La Cantina Dos Naciones, autodenominada Museo de Tragos y Arrabal, puede ser el mejor refugio cuando llevas horas caminando en el Centro Histórico de la Ciudad de México y mueres de hambre y sed.
Con más de 60 años de antigüedad, sus sillas viejas, pequeñas mesas y acalorado ambiente, sigue conquistando a sus visitantes: aliviando penas con su deliciosa botana y festejando alegrías entre copa y copa.
El espacio conserva las típicas puertecitas que se abren de par en par al entrar, también tienes la clásica rocola que ofrece música de todos los géneros, y al estilo típico de toda cantina mexicana, la botana es la estrella de casa. Por tres cervezas a un módico precio, tienes derecho a toda la botana que quieras. Los tragos son sencillos, pero los sirven muy bien. Los platillos son muy variados y su base es la comida mexicana.
Tacos de papa, consomé de camarón, quesadillas de sesos, pescado o pancita, todo es simplemente: ¡delicioso! Si deseas celebrar tu cumpleaños aquí, sólo tienes que hablar con alguno de los meseros para que le avisen al dueño del bar y te reserven algunas mesas. ¡Por ser el festejado te hacen el platillo que prefieras y no te cobran, sólo pagan tus invitados!
El ambiente es familiar en el primer piso, mientras que en el segundo, y como se estilaba hace años, hay música en vivo y ficheras que bailan por 30 pesos la pieza. Dos Naciones se ubica en la calle de Bolívar 58, entre las calles de Uruguay y Mesones, abre diario de 10 a 12 de la noche, aunque algunos dicen que ¡nunca cierran!