Casa Fortaleza del Indio Fernández

Esta casa en la que vivía en Indio Fernandez es una joya de la ciudad en medio de Coyoacán. Se puede decir que es un centro cultural porque están rescatando la historia del Indio Fernandez, adecuándo la casa a cómo estaba cuando él vivía ahí. Además hacen labor de investigación porque es un lugar que busca celebrar la época dorada del cine mexicano y a la vez rescatar y festejar las tradiciones mexicanas.
No está abierto siempre, sólo en ocasiones especiales, como Día de Muertos, el Día de la Candelaria o en la época de Posadas, cuando la adaptan y la abren al público (la entrada cuesta). En las festividades la decoran increíble. Durante día de Muertos es cuando lo hacen más impresionante, lo dejan abierto como 2 semanas para que vayas a visitar. Cada año dedican el alltar a una persona diferente, el año pasado fue a la hermana del Indio que justo murió hace poco. La casa, que es enorme está decorada en cada rincón, con detalles muy simpáticos e interesantes. Hasta aprendes un poco de historia del cine mexicano.
Venden comida mexicana, café de olla y cervezas. En varias partes hay mesitas para que te sientes a tomar, comer y disfrutar un rato de esta gran casa icónica de la historia de la ciudad.

Literalemente un lugar de película, tan excepcional que no le puedo poner menos de cinco estrellas. Y no es porque necesariamente me guste, sino porque me cautiva. A través de esta casa conocemos las excentricidades y a la vez genialidades del Indio Fernández, que parece no reparó en gastos a la hora de construirla. Es como un laberinto en cuatro, cinco desniveles, y varios patios y espejos de agua, área para invitados, terrazas… Los muros están construidos con grandes piedras y todo pesa como el ego del cineasta: El comedor, la estancia y la cocina dan la impresión de ser los de una hacienda porfiriana.
Yo que soy aficionado a las ofrendas nunca vi lo que ahí se ve en un altar de casa en Día de Muertos: En cada rincón de la casa hay recuerdos, alimentos, fotos, flores, veladoras… dedicadas a uno, a otro y a otro más de los difuntos: actores, actrices, parientes, gente cercana, del medio cinematográfico. La disposición de las cosas provoca un ambiente único, pintoresco y fantasmagórico…
Entre las nuevas ofrendas deberá estar la dedicada a Adela, la hija del Indio, que falleció hace poco y que era la organizadora de todo este evento tan intensamente mexicano. Aún cuando ella ya no está, en el sitio se siguen realizando visitas guiadas –donde se repasan inverosímiles anécdotas del Indio– y otros eventos especiales, por ejemplo la tamaliza en el Día de la Candelaria, el 2 de febrero.

El legado del indio Fernández va mucho más allá del legado cinematográfico. En el centro de Coyoacán, podemos encontrar su fortaleza, una casa maravillosa llena de secretos y de historias. Hasta hace unos meses, cuando su hija, Adela, seguía viva, organizaban regularmente recorridos Para mostrarle magnificencia de la casa en los cuales, si querías podías comprar algo de comer en su enorme cocina o si tenía suerte podías charlar un rato con Adela acerca de la casa. Una de las historias más interesantes de esa casa es que el gran pianista Arthur Rubinstein, solía practicar en el piano de cola que tenía el indio antes de dar sus conciertos en la Ciudad de México. Otra anécdota interesante es que toda la servidumbre que tenía el indio en su casa, eran mujeres de diferentes estados de la República, todas iban descalzas y cada una usaba un traje típico de su región.
Esta casa, está llena de historias y de fantasmas. Por aquí pasaron las personalidades más notables de aquel cine de oro mexicano y también del hollywoodense ya que el indio se codeaba con todas esas estrellas.
Dentro de la casa, tiene un piano que perteneció al flaco de oro y que puede restaurado hace poco.
Aunque la casa es enorme, en ningún momento se siente fría ni desolada, es más se siente cálida y amigable.
Cuando vayas esa casa, te vas a enamorar de ella y querrás hacerla tuya en ese momento. Éste es un lugar que no te debes perder

Una casa muy impresionante. Durante el recorrido te van explicando cada una de las partes de la misma.
Cada habitación de la casa tiene una magia particular y hablando cinematográficamente es un perfecto set con diversos escenarios. Es sorprendente cómo está construida esta fortaleza con sus múltiples escaleras y salidas por diferentes sitios.
Un lugar que impresiona por la historia, su construcción y todas las piezas históricas.
Cuenta con una «cocina» que tiene diferentes productos para todos los gustos y bolsillos, pero sin duda deben probar el café de olla.

Emilio «El Indio» Fernández, fue uno de los directores cinematográficos del Cine de Oro Mexicano, su gran pasión fue construir la Casa — Fortaleza, no solo como un hogar, sino como un set de grabación, así que se han rodado más de 120 películas en esta impresionante casa.
Visitarla es una parada obligada en Coyoacán.
Adela Fernández y Fernández, la hija del cineasta, decidió crear la «Asociación Fortaleza del Indio», por lo que hoy la casa es considerada Patrimonio Cultural de la Ciudad de México; por lo que deberán consultar en la cartelera de la página web, los eventos que tiene tales como: visitas guiadas, conciertos, noches de museo y «Noches de Terror» (lectura de relatos macabros).
Además, para la conservación del inmueble se organizan eventos privados o como locación de películas, videos, programas o publicidad, mediante donativos.
No dejes de visitar este museo impresionante, puedes llegar por el Coyo Bus, pues existe una parada del mismo en la puerta de la Casa — Fortaleza.