Antes de tener hijos jamás imaginé lo emocionante que es verlos hacer algo por primera vez. Después de la pesadilla del puerperio y de los meses posteriores, me di cuenta de que me mataba de curiosidad qué cara pondría mi bebé cuando probara por primera vez un plátano. Después pasé muchos días fantaseando con el rostro que él haríà la primera vez que contemplara el mar(esto último rankea alto en los momentos más encantadores de la crianza, créanlo). En fin, también me moría de ganas por ver cómo actuaría durante su primer corte de pelo… y fue una pesadilla. Aquel día mi niño, tan intrépido y encantador, sufrió un ataque de pánico cuando escuchó la maquinita. Estábamos en otro salón(no era Chikis), la chica no lo pudo calmar, yo intenté sin éxito distraerlo con muñequitos, paletas, etc. Nada funcionó. Por supuesto que los papás de al lado me miraban con cara de desaprobación y besuqueaban a sus niños perfectamente calmados como diciendo«qué suerte que no eres tú el chillón». El corte fue un desastre hecho a medias y pagué un dineral(¡200 pesotes!). En fin. Después de la non grata primera experiencia decidí probar en Chikis, principalmente porque me enteré de que tenían teles y ponían videos durante el corte para que los niños se entretuvieran. Además el precio es inmejorable: 80 pesitos por corte. Fui(aterrada) y el primer gran acierto es que tienen un pequeño cuarto de espera con juguetes que ayuda bastante a evitar el fastidio de los pequeños. También hay suficientes sillas para papás y niños. Mi niño se sentó, le pusieron equis video de caricaturas y jamás se percató de que le estaban cortando el pelo. Yo sudé la gota gorda pero me fui relajando cuando me di cuenta que estábamos logrando salir victoriosos del encuentro. El corte quedó fantástico, mi hijo se fue con paleta y estrellita en la frente y yo pude respirar en paz. Traigan a sus pequeños. Lo recomiendo 100%.