Este pequeño lugar tiene servicio de comida corrida y a la carta. La primera es bastante sabrosa y económica, la segunda resulta cara y en porciones muy pequeñas. El servicio siempre es lento, pero los meseros son suficientemente amables. Mientras esperas por tu orden puedes entretenerte con la televisión, aunque recomiendo que te lleves mejor un libro. Sin embargo, lo que de verdad tiene éxito en este lugar son sus pozoles. Son muy sabrosos y a buen precio, además, los domingos tienen promoción de 2×1. Puedes pedirlo blanco o rojo, con pollo o puerco. Muchas personas incluso lo piden por teléfono y sólo pasan a recogerlo.