Esta es una gran tintorería como las de antaño. Llevan en este local más de 20 años y no se han dejado intimidar por las nuevas tintorerías con máquinas con tecnología de punta. Al contrario, ellos conservan su trato personalizado, tratan tu ropa casi de manera artesanal y por eso han conservado a una gran clientela que, como yo, preferimos llevar nuestra ropa a este establecimiento porque confiamos en su trabajo. Desde que llevas el señor te recibe con una sonrisa, te pregunta cuál es el servicio que necesitas y si la prenda tiene alguna mancha difícil o si es super delicada y se necesita tener algún cuidado en particular. Si de plano la mancha está muy difícil no se comprometen a quitarla por completo, pero te prometen que harán todo lo posible y lo anotan en la orden de servicio. Una vez con tu notita en mano puedes dejar un anticipo o pagar contra entrega. Si te urge te lo pueden tener de un día para otro(Claro, si llevas tu ropa desde temprano y pides que te lo entreguen por la tarde del día siguiente, tampoco te lo entregan en dos horas). Lavan desde blusas, trajes, cobertores y hasta muñecos de peluche. Es un excelente establecimiento con una gran atención y cuidado en su trabajo.