El Canto de las Sirenas

Dicen que es de sabios cambiar de opinión, y gracias al cielo, encontré la luz y cambié de equipo de futbol. Les digo esto porque fui a comer a este lugar un día domingo después de un partido Pumas-​América, partido que ganaron las poderosísimas águilas. El lugar no estaba lleno, y pedí una mesa en la parte de arriba. La mesera tardó un tiempo considerable en llevarnos la carta, y en cuanto la dejó se fue, sin ofrecer nada de tomar o algo así.
Al lado de mi mesa, había un grupo de aficionados del otro equipo ya algo pasados de copas, y eso no le quita mérito al alugar, lo que sí me molestó del personal que ahí trabaja, es que no hicieran nada cuando notaron que estos jóvenes empujaban a mi novio y me decían groserías. L@s meser@s nunca les pidieron a los otros chicos que terminaran con su agresión o que abandonaran el lugar, de hecho les seguían sirviendo cervezas. La comida no es nada espectacular y los precios son bastante estándar, sin duda no es una marisquería a la que yo regresaría.