El Huequito

Es un lugar promedio de tacos que tiene un área externa que esta bastante amena.
La atención fue de primera, entre dos meseros que se turnaban nos recibieron, tomaron nuestra orden, trajeron nuestros platillos y nos dieron las gracias.
Por otro lado, la cocina es algo lenta, preveé unos 40 minutos.
La concurrencia era variada y comenzó a incrementarse pasadas las 2 pm.
Pedí una sopa azteca, un taco al pastor, y un taco de costilla inglesa.
La sopa azteca es el único elemento que podría recomendar; su consistencia espesa, cremosa, con mucho queso, un aguacate entero, y sazón hogareño me puso de buen humor.
Aunque pedimos que el taco al pastor estuviera bien pasado por el grill para que estuviera crujiente, la verdad es que no lo hicieron. Estuvo muy x.
La peor parte de mi experiencia fue el taco de costilla inglesa. La calidad de la carne dejó mucho que desear. Insípido, cuerudo, difícil de masticar, para colmo la tortilla se rompió y fue cuando torcí la boca.

Comencemos partiendo con la idea de que no son tacos para comer a diario como se haría en una taquería de puesto. ¿Por qué? Por el precio. Claro, esto no es negativo, sino sólo un indicador. He probado todos los platillos y son exquisitos y limpios. La relación de calidad y precio es justa.
Si quieres comer muy rico, es el lugar ideal, con la condición de que vas a pagar más que en otros lugares.

Cuando llegas a éste lugar, lo primero q t ofrece el mesero es gel antibacterial para las manos, éste detalle agrada, ya que da la impresión de que tienen mucho cuidado con la higiene y limpieza del lugar. Sus tacos al pastor son únicos, tienen una salsa especial muy cítrica y no le ponen piña. Pero si lo deseas puedes pedir una orden de piña para no perder la tradición. No venden alcohol pero tienen aguas frescas y muy ricas.

Los comentarios van en sentido al servicio a domicilio el cual es terriblemente malo. Tardan, siempre les falta algo, para un pedido de 30 tacos o mas te mandan un botecito de salsa. Increible considerando que el precio de un taco puede ser de hasta 50 pesos. En fin ojala les importe mejorar, realmente los tacos son muy buenos, pero dejan mucho que pensar una taqueria que se pone miserable en la salsa y las tortillas.

De mis tacos preferidos.
Los de pastor son una cosa irreal. Aquí les llaman pastor Gourmet (tal cual lo dice la carta) y consta de carne de cerdo marinada artesanalmente con productos 100% naturales con cebolla picada desflemada cocida en su jugo, guacamole y salsa naranja que es la especialidad de la casa.
Siempre que vengo aquí me llama mucho la atención que tienen cualquier cantidad de logos que hacen referencia a premios y distinciones, así que la carne que aquí manejan esta mega premiada. Preguntándole al mesero me dijo que son una empresa líder en el Manejo Higiénico de Alimentos Distintivo «H» y en el sistema de Gestión Moderniza, manteniendo los estándares de calidad e higiene que reconoce el Gobierno Federal y el Gobierno del Distrito Federal.
En el menú hay la variedad de taco que se te ocurra, vegetarianos, con queso, longaniza, vecina de Yecapixcla, etc. Sopas deliciosas y el café de olla es 100% recomendable.
Los precios no son los mas baratos para ser tacos pero la calidad y sabor bien lo vale.

Otra taquería que llena nuestras panzas y corazones por la colonia nápoles es «el huequito», la expresión justo de me queda un huequito después de haber comido como fiera es un descaro típico del mexican decir, todavía me queda un huequito…
En fin, lo padre de éste lugar es que aún a altas horas de la noche puedes encontrar un refugio y comida que te baje el hambre y los tragos.
Aquí preparan muy rico el bistek, le echan mucha salsa inglesa y condimentos sabrosos.
Además acá ofrecen chicharrón prensado cosa a– típica en las taquerías por lo menos las comerciales.
Puedes ir también de día como gente normal, pero en la noche se siente que te consienten más.

Estos tacos son la salvación por estos rumbos, ya que son pocos los lugares que abren hasta tarde, así que a taquear por las noches.
Aunque si de cuidar la línea, tiene. Un consomé de pollo con pechuga, cebolla, cilantro, aunque sé que el olfato te va a traicionar y pedirás unos tacos al pastor.
También hay en el menú unos tacos light, pero para no errarle mejor pidan unos tacos de bistec, sin queso y sin tortilla, con el puro tenedor, así una cena mas ligera.
Con agua de horchata o jamaica, pero para no errar una agua mineral.
La cuestión es no irse a la cama con la panza de farol.

Los tacos son ricos, sin embargo… ahí va el pero. Y es que como ya decía en otras reseñas soy anti «Taco de pastor gourmet» y esas cosas que se ponen de moda con el único afán de presentarte un producto con un precio que en realidad no guarda proporción con lo que en verdad es.
No me malentiendan, son buenos, higiénicos y en especial este local rápidos en el servicio. Solo es a corte personal algo en lo que no estoy de acuerdo y que en la medida de lo posible trato de no asistir a este tipo de taquerías, se llamen como se llamen.
Uno de mis mejores amigos vive en la calle de Texas y por esa cuestión he visitado esta sucursal en varias ocasiones. Tengo que reconocer que a diferencia de otras, su servicio es rápido, el limpio y es una buena opción cuando te trompear se trata a altas horas de la madrugada o incluso seguirla o hacer pausa sin perder el nivel de la fiesta y poder seguirla.
Su servicio a domicilio es de la misma forma bastante ágil y sin mayor problema.

Aunque ya hay varias sucursales de El Huequito en distintas zonas de la ciudad, ésta tiene el tamaño justo: suficientemente pequeña para que te atiendan con cuidado pero no tan chica como para que nunca haya lugar. Quizás debas esperar un poco, pero nada grave.
Para muchas personas y estudiosos de los tacos al pastor, aquí sirven unos de los mejores de la ciudad, que ellos llaman «pastor gourmet». Dejando esos nombres rimbombantes de lado, su pastor es muy bueno, especialmente el pastor especial que tiene mayor cantidad de carne. Las salsas son imprescindibles.
Mis favoritos, sin embargo, no son los de pastor sino los Wonder Bra –de chicharrón prensado– (¿cómo no pedirlos con ese nombre genial y odioso a la vez?) o los de cecina de Yecapixtla.