El Villamelón

El lugar está ubicado en una calle con mucho tráfico, razón por la cual la vista y ambiente son algo estresantes.
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El sistema para pedir es tipo kermes, vas a la caja, pagas, y te dan boletitos para ir a ponerlos en donde están las señoras que mueven el asunto (se acostumbra dejar propina encima de los boletos).
Los tacos son abundantes, las personas moderadas quedan satisfechas con 2. Pedí 2 tacos campechanos y uno de chicharrón. Los campechanos me encantan porque llevan moronitas de chicharrón seco que le dan textura.
La señora me previno de que el taco de chicharrón guisado picaba muchísimo, no exageró, pero me enchiló más que unos Godínez estuvieran hablando de nosotras, como si fueran guapos y tuvieran chance. Se va a comer, no a tratar de incomodar a las chavas.

El Villamelón es un pequeño local dedicado a la confección de dos hitos de la cultura chilanga: los tacos «campechano» y «costeño». El primero es una bomba que combina cuatro ingredientes intensos: cecina (salada y jugosa), chicharrón (crujiente y con mucho asiento), longaniza y salsa de morita. El segundo a todo lo anterior suma cebolla y chile verde. La cruda, si no se te cura, de menos se te olvida con tanta pirotecnia.
Hay un buen sistema: pagas, te dan boletos, con ellos pides tus bebidas y tus tacos (procurando dejar una propinita sobre el boleto) y comes de pie en una amplia barra de madera. Cuando hay corrida se llena mucho, pero la fila nunca deja de avanzar.

Que más se puede decir de este gran lugar??? Tiene una gran fama por más de una cosa, desde las corridas de toros hasta la curada de cruda, pero siempre han tenido un gran sabor y unas salsas excelentes!
Una excelente opción para estar con amigos y echar relajo un ratito.

Este ha sido un lugar de tradición, los tacos son buenos y muy conocidos dentro del ambiente taurino a quienes nos les importa pagar lo que sea por un taco. En mi opinión, el precio que se paga no guarda relación con el establecimiento que es bastante feo. Es tan recurrido que suben precios constantemente pero no mejoran en nada ni el lugar ni el servicio, además de que el pago es únicamente en efectivo.

En mi ultima visita al D.F. como estaba cerca del estadio azul, llegue a probar estos tacos, la fachada se ve decente y tenia varios clientes por los que opte en llegar.
El precio de los tacos es de $ 22 pesos y la verdad no tienen mucha variedad, solo tienen de chorizo, cecina, pollo y nopales por lo que opté por la cecina.
Los tacos son de tortilla normal por lo llenan bastante bien, yo pedí de cecina y curiosamente antes de servirte el taco le ponen salsa a la carne y la revuelven esta practica no la había visto antes.
Existen bastantes mesas pero curiosamente no tienen sillas, son mesas para comer parados.
En general son aceptables los tacos por el precio que pagas y lo que me gusto es que la taqueria esta abierta todo el día.

Los mejores tacos de México.
Maru y su equipo de taqueras son el alma de la fiesta.
La salsa… espectacular.
Los costeños…otro mundo.
Valen peso por peso lo que te comes.

Los mejores tacos que puedes probar en México no es por nada pero el sabor es único el servicio es bastante lento pero pe el placer y el sabor que los tacos tienen vale la pena esperar casi 20 minutos por tu orden especialmente si hay corrida de toros ese día. Saludos Villamelones

Desde los años 60’s están ubicados enfrente de la Plaza de Toros México en Tintoreto, tienen buen sistema de estacionamiento de coches. Al entrar haces tu pedido, pagas y te dan unos papelitos, luego te diriges a recoger las bebidas y tus tacos a las áreas establecidas de entrega, q son preparados al momento por unas señoras mayores. y toda la gente aquí comen parados en las barras y mesas altas. Muy ricos mis tacos de cecina y longaniza. Cerveza bien fría! Ricas quesadillas.

Taquería de culto para los aficionados a la Fiesta Brava. De hecho su nombre es inmejorable porque para los que no saben de toros (Villamelones) se dice que van a la Plaza solo a comer estos tacos y a dejarse ver. Son famosos por los tacos originales «campechanos» consistentes en mezclar bistec, cecina, longaniza (chorizo) y chicharrón enchilado, todo mezclado en taco, así como por los tacos «costeños» extra picosos. Ahora hay muchas copias pero sin duda son los originales. Hace años atendían unas mujeres malencaradas que te trataban como basura (algo parecido al «Soup Nazi» de Seinfeld) en donde primero pagabas y luego te formabas a pelear (literal) la entrega de tu taco y/​o a sobornar con una propina. Ahora el servicio es igual de malo pero al parecer como han querido franquiciar el negocio lo han estandarizado, lo que ha ocasionado la pérdida de algo de encanto. Creo igualmente se ha perdido algo de sazón, incluso regularmente suelen estar muy salados los tacos. Los días de corrida y los jueves hay mejores opciones en los puestos de la Plaza.

Me parece que el sazón viene de las manos de las mujeres que te preparan los tacos, además de la salsa súper picosa, o por lo menos a mi me lo parece ya que no suelo comer picante en extremo. Su variedad de tacos como cecina, longaniza, moronga y chicharrón, no se compara con la mezcla de todos los ingredientes, me refiero a sus famosos y deliciosos tacos campechanos y costeños, estos últimos con el toque picoso del chile verde, además de la salsa con la que sirven a todos.
Si quieres comer los tacos como si estuvieras en la calle, quédate abajo donde están las mesas pero no hay sillas, si prefieres, como yo, sentarte y disfrutar lentamente de tu comida, sube para sentarte en cualquiera de las mesas que hay en la parte de arriba, yo siempre prefiero las de la ventana para admirar el paisaje.

Pocos lugares están tan ligados a la historia de la Plaza México como la taquería El Villamelón, que tiene justo los mismos años que el coloso. Efectivamente, me lo contaron los hermanos Miranda, dueños del lugar: La misma tarde del 5 de febrero de 1946 en que el legendario Manolete inauguró el embudo, este negocio abrió con un pequeño puesto de lámina frente a la Plaza.
El nombre viene de que su fundador, don Rafael Miranda, gran aficionado a los toros, decía que la taquería se llenaba de puros «villamelones», ignorantes de la fiesta. Pienso que eso no ha cambiado, más porque la taquería fue removida a unos pasos de su lugar original .
Como tampoco se ha perdido el gozo por un taquito «campechano» de chicharrón, cecina de yecapixtla y longaniza poblana, aderezado con esa salsita roja de la casa, tan especial, cuya receta es «secreta». Pica tanto, que para quitarse la enchilada hay que hacerse bravo como los toreros y decir: ¡olé!

No es necesario que te guste la «Fiesta Brava», ni que haya corrida para poder asistir a estos tacos, que de verdad son deliciosos, memorables, llenadores y muy cumplidores.
Puedes pedir por taco, por kilo, como tú quieras, pero la especialidad son los campechanos. Deliciosos de verdad, excelente opción para bajarse la resaca, ya que la salsa está de muerte y sirven unas micheladas preparadas bastante buenas.
Eso sí lleven efectivo porque no hay otra forma de pago, el servicio es muy bueno y recomiendo esta taquería ampliamente, es má lo único que no me gusta de ella es toda esa decoración alusiva a los toros (que me molesta) pero fuera de eso, todo está de 10.

Conocí este lugar por mi afición a los toros, se encuentra ubicado frente a la plaza y es una tradición entre todos los espectadores, ir a comer unos tacos antes o después de la corrida. Los mejores son los campechanos que son una mezcla de longaniza, cecina y chicharrón aderezado con su salsa secreta que le da un toque maravilloso.
En la planta baja, tienes que pagar tus datos por adelantado y es una buena opción ya que vas pides tus tacos, le das una buena propina a la señora que te está sirviendo tus tacos y con un taco te haces tres. Un pequeño tip que aprendes de tanto ir.
Una opción para los valientes, son los tacos costeños que además de tener la picos Isima salsa secreta, están combinados con chiles jalapeños así que estos tacos son para incendiar tu lengua.
Para acompañarlos, no dudes en perder una cerveza o un tequila.

Una taquería de culto para los aficionados a la fiesta brava, ésta se encuentra justo enfrente de la monumental Plaza de toros México y al menos una vez en la vida se debe ir a comer ahí en domingo antes o después de la corrida de toros, esperando un buen tiempo por probar unos tacos del villamelón. La especialidad son los tacos campechanos, que son una mezcla de cecina, longaniza y chicharrón, acompañadas por una deliciosa pero picosa salsa de chile morita, así que midan la cantidad de salsa que piden para su taco ya que es solo para valientes, yo recomiendo acompañar los tacos con una rica michelada o una cerveza, pero esa será su decisión. Los no abren en lunes, así que pueden ir cualquier día de la semana, no necesariamente hay que ir en día de corrida, los tacos son un poco caros, pero valen cada centavo, el único problema que hay es que solo aceptan dinero en efectivo, el servicio es muy buena, sin duda diría que es una de las taquerías más icónicas de la ciudad, no dejen de ir.