Escultura 10 de Junio No Se Olvida

Antes, la zona de las estaciones del STC Normal y Colegio Militar eran «mis terruños», sin embargo, hace unos días caminando por ahí me di cuenta –gratamente– de algo novedoso: una escultura roja de unos 15 metros de altura (llamada 10 de junio no se olvida) que está afuera de la Escuela Normal, me llamó la atención que apenas fue inaugurada el año 2011 –por los 40 años del «Halconazo” — y ya está grafiteada, no obstante, investigué las posibles causas de este hecho.
Resulta que esta obra –del artista plástico Sebastián– es un homenaje a los caídos aquel 10 de junio de 1971, hecho histórico que cimbró –de nueva cuenta– a la memoria colectiva de México que apenas iba recuperándose de la masacre del 2 de octubre, cuando a los (casi) 3 años de ese terrible hecho, los estudiantes volvieron a manifestarse y –de manera vil– las autoridades gubernamentales volvieron a jalar el gatillo para aplacar a «los revoltosos», como tristemente eran calificados los educandos de esa época.
El rojo de esta pieza escultórica simboliza la sangre derramada por aquellos jóvenes (que lastimosamente en la actualidad ya no impera esa ideología) que luchaban por un México que apoyara en verdad al sector estudiantil, sé que estoy contextualizando demás, sin embargo, así lo debo hacer.
De lejos sí es vistosa, hecha con placa de acero, el único detalle es que la función de esta obra artística ya fue trasgredida, porque entre los ambulantes que la ocupan para sus puestos, los niños como resbaladilla y los «skatos» como rampa para patinar, pone de manifiesto la poca trascendencia y corta memoria histórica de nuestro México.

Escultura hecha por Sebastián, develada en 2011 afuera de metro Normal, para conmemorar a los jóvenes muertos el 10 de junio de 1971, fecha conocida como «El Halconazo» o «Jueves de Corpus».
El grupo de choque Halcones recibe órdenes de Echeverría para agredir y matar a los estudiantes que se manifestaban para exigir un país democrático. Con vara de bambú y armas, dicho grupo se infiltra entre los manifestantes y la matanza comienza a un costado de la Escuela de Maestros. El metro Normal, que había permanecido cerrado, abre sus puertas para dejar salir un gran grupo de Halcones que se escondía en su interior. Periodistas nacionales y extranjeros que documentaban el movimiento fueron agredidos, a la mayoría de ellos les fueron arrebatadas sus cámaras. Echeverría tuvo el cinismo de declarar que el suceso se generó por choques ideológicos entre los estudiantes. Otro de esos días de nuestra historia que «no se olvida».

Ubicada a la salida del metro Normal, a unos pasos de la Escuela de Maestros y a modo de homenaje a los muchachos que cayeron el 10 de junio de 1971 en la lucha por una mejor educación para los mexicanos, el entonces Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, develó en 2011 la escultura «10 de junio no se olvida».
Para honrar la memoria de los caídos en la que se conoce como «La Matanza del Jueves de Corpus» o «El Halconazo» por la participación del grupo paramilitar que tenía dicho mote, se hizo una estatua de 15 metros en color rojo complementada por una placa en la que se enlista a los participantes de dicha manifestación, junto con las instituciones educativas a las que pertenecían.
La escultura fue diseñada por el artista Sebastián, que tiene en su haber la nueva estatua del Caballito, una más en el Museo Papalote y otras alrededor de la república.
Por desgracia, el ambulantaje y el vandalismo de nuevo han hecho de las suyas y han alcanzado de nuevo un espacio público, que hacen menos vistosa dicha estructura, que olía incluso a cosas non gratas, pero lo importante de dicho espacio es recordar aquel incidente infame, orquestado por el entonces presidente Luis Echeverría Álvarez que siempre se desligó del asunto y jamás fue llevado a las puertas de la justicia.

Sebastián es uno de los escultores contemporáneos más reconocidos de nuestro país en el mundo, y tal vez sea al que más conocemos dentro del país, sobre todo porque mucho de su arte se encuentra expuesto en lugares públicos (como el siempre reconocible e inolvidable «Caballito», aunque ¿sabían que ese no es el nombre de la escultura?). Una de esas tantas esculturas que se encuentran al alcance de nuestra mano es «10 de junio no se olvida», inaugurada en esa fecha, en el año 2011, como un recuerdo del «Halconazo» de Jueves de Corpus que se llevó a cabo en 1971 en los alrededores de la Escuela Normal de Maestros, en el Casco de Santo Tomás.
Lamentablemente, aunque era de esperarse, la proliferación del comercio ambulante alrededor de la escultura, ubicada afuera de la Normal y de la estación del mismo nombre, ha hecho que su aspecto luzca muy descuidado en la parte de abajo y que, lo peor de todo, pase desapercibida por los transeúntes. De todas formas, esto no demerita la belleza de su diseño, así que si andan por ahí, no dejen de darse una vuelta y conocerla.