Farmacia Homeopática Internacional

No soy original: como a muchos me fascinan las cosas «antigüitas», retro, vintage o como les quieran llamar. La farmacia homeopática de Polanco es de esas o más bien no de ésas, sino de las otras que son un viaje en el tiempo y hasta el aire que circula en ella parece de otros tiempos.
Fui por recomendación de la chica que me hizo pedicure y a quien le confesé que no encontraba cómo humectarme prolongadamente los talones. «Caléndula» me dijo. «Te la venden los homeópatas» me confirmó. Fui y en efecto, la pomada de caléndula ($ 140) está sugerida para combatir asperezas. El vendedor fue amable y me explicó todas las propiedades de la medicina alternativa para pies.
No se lo digan a nadie pero mis talones de princesa se los debo a ellos.

Seguramente estás cansado de ir al doctor y que te manden medicamentos carísimos que no te dan el resultado que esperabas. Bueno, para eso existe la medicina homeopática, la cual fue descubierta en el siglo XVIII y que resulta una excelente alternativa para quienes desean un tratamiento más puro y menos dañino que los métodos tradicionales.
Aunque los homeópatas contradicen a los científicos, puesto que nadie ha podido comprobar su eficacia, muchas personas creen que es una forma más natural de curar los males y les ha funcionado. De ahí la proliferación de este tipo de farmacias y consultorios, para quienes buscan una opción distinta. Nada te quita con intentar.
Este pequeño rincón en Polanco es muy curioso, pues dista mucho de una farmacia normal, desde su aparador con brebajes y contenedores extraños, hasta el ambiente que se vive cuando entras y preguntas por un tratamiento para alguna enfermedad. Te atienden amablemente y lo sientes más personalizado que en otros lados donde la gente que trabaja ahí no son expertos en medicina.
Puedes pedir una pequeña consulta o simplemente llegar con la receta; pide el tratamiento con la seguridad de que te darán justo lo que necesitas, ni más ni menos. Desde un pequeño resfriado hasta un dolor interno, probar no cuesta más.