Si creías que no hay cosa peor que el tráfico de la entrada Cuernavaca — México, estás en un error. Peor que eso es que sea de noche, esté lloviendo, lleves a tus inquietos perros a bordo, sea 25 de diciembre y se descomponga el clutch de tu carro, eso sí que es peor. Claro, como siempre, esas cosas me tiene que pasar a mi, pero afortunadamente pude llegar a mi casa en cuestión de una hora y fue gracias al servicio de las Grúas Periférico. Por un precio bastante moderado, en cuestión de 40 minutos llegó una grúa de arrastre(no de esas nuevas de remolque) y a bordo de ella un señor súper amable que me enganchó y muy cuidadosamente me trajo hasta mi casa. No sólo trabajó en una fría noche de 25 de diciembre, no sólo me dejó en el interior de mi estacionamiento(que es subterráneo) sino que además de recomendó un muy buen mecánico y cuando le dije que tenía el dinero exacto del servicio, y que por eso no le podía dar propina, se mostró comprensible y humilde. Toco madera, pero si algún día las necesitan no duden en llamarles.