Mi familia es de Guadalajara y cuando llego a ver algún lugar de comida típica de allá la verdad es que suelo ser precavido y un poco receloso. Lo que pasa es que a lo largo de los años he encontrado muchos lugares que se publicitan así y en realidad no le llegan a los talones a nada hecho en mi tierra. Por lo que ver un sitio que venda tortas ahogadas y más aun en la calle me causa sospechosismo jajá. En fin un día me encontraba caminando rumbo a mi casa por la calle de Pilares y me encontré con este lugar. Me moría de hambre y recordé que en casa no había ni un huevo. Así que decidí sentarme a ver qué tal. Mi sorpresa fue grande y grata al conocer que el dueño también tenia orígenes jalisquillos y al probar la torta ahogada en verdad quede pasmado. Es muy difícil que este alimento sea bueno en la ciudad, comenzando porque el pan con el que originalmente se elaboran no se consigue aquí, el famoso birote. Pues déjenme decirle que si bien no están hechas con este pan, que por razones de altura y demás no se puede ni siquiera elaborar en la ciudad, utilizan uno que se asemeja mucho. La carne es de primera y el caldillo con el que las bañan así como la salsa picosita uff! En verdad son deliciosas y el equilibrio de la salsa con el caldillo excepcional. También venden unos taquitos dorados muy bueno y una torta de longaniza de rechupete, todo con receta secreta y original de ellos. En fin, definitivamente un pequeño rinconcito lleno de sabor que no te puedes perder, a precios accesibles y que además no te quita mucho tiempo.