Hay lugares que se antojan para tomar en soledad, La Esperanza es ese tipo de espacios en donde sólo con el ambiente y los otros dones solitarios la compañía son ellos. Un momento que se presta a la reflexión mientas ves como suda la cerveza, también te harán pensar las fotos cargadas de melancolía por esas épocas que ya fueron, es ahí cuando entenderás por qué los viejos siempre hacen referencia a qué siempre las viejas épocas fueron mejores. Todos esos sentimientos cargados de música rock y una vez más los caminos de José Alfredo. Son de esos lugares que a través de los años se han encargado de construir todo un ambiente, que parece resonar en sus paredes azules. Realmente resulta una experiencia única compartir una cerveza en silencio con la gente del barrio y aquellos ancianos u otros que no lo son tanto.
Argelia V.
Rating des Ortes: 5 Mexico City, México
Fantástica y larga barra, ¡te seducirá al primer golpe de vista! buena botana, y gran espacio; muy amplio, agradable y con buena luz. Conserva el estilo de vieja cantina de esquina, con buena carta de alcoholes y aquí las cervezas siempre las encontrarás en su punto: ¡bien muertas! La mejor hora para llegar: entre las dos y cuatro de la tarde, cuando la botana es abundante. Siempre que he ido encuentro personas de diversas edades, y en el ambienge flota un sentimiento de complicidad y amor por este tipo de lugares nostálgicos. Además de comer y beber delicioso, puedes navegar en su colección de fotos, y acompañar tus sentires con la maravillosa rockola. En la Esperanza se sirve alcohol desde 1929. La atención es excelente y los totopitos y pico de gallo adquieren un diferente sabor, cuando los consumes en la barra de este maravilloso sitio.
Carlos A.
Rating des Ortes: 4 Mexico City, México
Las noches más tristes y las más felices las he pasado en esta cantina. Es innevitable, algo tiene el azul chillón de las paredes que hace que mis ánimos se vayan a un extremo o al otro. Tal vez sean las fotografías de ídolos muertos a un lado de la barra: Marilyn Monroe, Elvis Presley, Pedro Infante; o la rockola con discos de The Doors y José Alfredo. No sé. Un día vine aquí con mi padre. Dijo que le recordaba a las cantinas de su pueblo, un lugar perdido en el desierto, en donde la cerveza estaba siempre fría y la botana siempre era amarga. Combinación afortunada para quienes han pasado los años de una cantina a otra y no buscan alcoholizarse sino calmar una sed que no se sabe en dónde nace. El rumor de fondo de la televisión siempre en silencio, con la imagen distorsionada, los clientes rumorosos, el cantinero amable pero siempre distante, hacen de La Esperanza una excepción en esta ciudad donde en las cantinas sólo hay bullicio, partidos de fútbol o trovadores.
Pablo O.
Rating des Ortes: 4 Mexico City, México
Está ubicada cerca de la plaza de Santo Domingo, más avecindada a Garibaldi que al Zócalo. Su obscuro y fresco interior es un alivio cuando uno se quiere refugiar del sol hiriente del medio día y del gentío propio de la zona. Recubierto pega azulejos(ya sin los azulejos que le corresponden) le da una atmósfera de abandono. Sin embargo, sus comensales y parroquianos llenan de vida esa cueva de embriaguez. Cantineros de la vieja escuela, arremangados y expeditos; un baño imposible casi de usarse con vista a la vecindad que colinda en la parte de atrás. Sí, es un lugar mórbido y encantador.
Rober D.
Rating des Ortes: 3 Mexico City, México
«En sí, toda la Esperanza es especial» Nos dice Andrés, el cantinero que asegura también: «Son de las pocas cantinas tradicionales que quedan en el DF» Desde 1929 es un sitio ubicado en la calle de Allende esquina con Perú que está abierta de las 12 del día y cierra hasta las dos de la mañana. Un sitio para divertirse en el que la botana es servida en abundancia y que es visitada por los avecindados del barrio de Garibladi. Sitio en el que mariachis, comerciantes, luchadores, artistas hacen el ambiente. Si quieres reservar el sitio para festejar de una manera diferente, original y tradicional. Recuerda en la Esperanza vives la experiencia del barrio y los personajes que asisten ahí, llevan sus historias en el rostro y eso es lo que la hace una cantina tradicional tan diferente y que en momentos podría resultar hasta arriesgada. Si quieres sentir la emoción de «cantinear» de una forma segura en medio del barrio de Garibaldi no te puedes perder esta oportunidad.