La Lanterna

Dicen que es el restaurante italiano más antiguo del DF, y eso es lo que parece al entrar. Un restaurante decadente de comida casera italiana. La comida está muy buena, aunque no es la mejor comida italiana de la ciudad. Y el servicio y el sitio se ve como antiguo. No estaría mal una remodelación de local y de equipo.

I love Italian food and miss it down here in mexico. I has high hopes for lanterna, but, sadly, I was disappointed. I did like that it’s a small restaurant and feels intimate. The food wasn’t too good tho. I had the osso bucco and shared a salad with my husband. The osso bucco wasn’t as tender or flavorful as I’d hoped. Service was good, and atmosphere were cute, but the food left me wanting more. Won’t be back.

Íntimo, cálido y retro (fue inaugurado en 1966 y mantiene una atmósfera de época). El hecho de tener ventanas hacia Reforma le da un sentido muy «continental». La comida, slow-​food riquísimo!

Un lugar para el deleite del paladar, grandes platillos y creaciones basadas en la rica cocina italiana. Con una decoración impecable; se ve que su clientela ya es aquella que tiene años comiendo en ese lugar y es ideal para una comida donde se necesite platicar ya que es bastante callado.
Tiene una diversidad de platillos que la verdad se antojan todos y espero algún día poder decir que los probé todos. Les diré que las berenjenas pormigiana como entrada muy ricas. Las pastas son de lo mejor, ya dependerá del gusto de cada uno la salsa con la que se pida.
La joya de la corona es el filete al «Burro Nero» yo lo pedí término medio, pero si no es de su agrado lo pueden pedir bien cocido. En cuanto a su sección de vinos muy recomendable, tienen una gran diversidad de italianos y algunos mexicanos. El servicio en general es muy bueno.

Hasta hace muy poco me enteré de que la parte de arriba la usan para eventos especiales (grupos grandes, fiestas). Yo solamente conocíà la parte de abajo, un espacio hecho de madera, pequeño y acogedor (creo que la palabra que busco es «íntimo»).
Su cocina es muy buena. Presumen bastante, y no es para menos, sus creaciones originales. Creo que su secreto radica en que tienen un excelente manejo del aceite y de las especias. Una especie de instinto creativo, producto de cincuenta años de tradición (desde 1966).
La ensalada de alcachofas crudas es muy recomendable. Y por temporada, tienen algunas sugerencias fuera del menú. Si estás dudando entre uno de los especiales del mes y un platillo a la carta, escoge el del mes: a veces se va y se tarda años en volver. Un día pedí una pasta con aceite y salvia: qué cosa, todavía me asomo cada vez que paso, solo para ver si la preparan otra vez.

La Lanterna es un restaurante de esos que ya prácticamente se volvieron parte del paisaje de Reforma. Desde 1966, este pequeño y nada pretencioso lugar italiano abre sus puertas para atender a enamorados, ejecutivos y extranjeros.
La decoración es rústica y la luz tenue, ideal para una cita romántica, festejar un aniversario o ligarse al jefe (no estoy aconsejando nada).
Sobra decir que sus especialidades son las pastas hechas al momento acompañadas de salsas típicas del país de la bota, también ofrecen ensaladas, carne, carpaccios, setas y milanesa.
Yo probé los tortelloni con queso ricotta y espinacas, no me defraudaron.
Eso sí, los precios son un poco elevados así que no es un lugar como para ir diario.

La primera ocasión que fui a comer al Restaurante la Lanterna fue por invitación de mi amiguita que vive en la Zona Rosa y a quién fui a visitar un Sábado por la tarde así que me recibió y me dijo¿ como andas de hambre? … yo le dije¿ hay me muero de hambre! pues te invito a comer delicioso. Llegamos y para empezar el pan calientito con la mantequilla de ajo preparada en la casa un agua mineral con limón para la sed, enseguida ensalada de betabel aderezada exquisitamente y como plato fuerte fetuchini con salsa Italiana (tu eliges tu pasta y la salsa con la que deseas que la preparen, hay una extensa variedad de ellas). Para degustar tu comida una copa de vino de la casa que es bastante sabroso.
Platicamos amenamente porque el lugar es bastante discreto y acogedor muy al estilo de las películas europeas de antaño (ya que fue creado desde el 15 de mayo de 1960
por el Chef Ennio Petterino quién actualmente pasó la estafeta a su hijo que estudió en Nueva York).
Finalmente un café capuchino con una rica rebanada de pastel de chocolate delicioso es el de la casa.