Una mente creativa, un espíritu entusiasta y un chico intrépido, son la combinación perfecta para poder crear una empresa y ser tu propio jefe. Egresado del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, en la carrera de Diseño Industrial, Alfredo Lugo es la mente creadora de LUGINI. Experiencia en algunas empresas, empuje para muchos proyectos freelance, desde floreros o muebles interactivos para Museos, es así como Alfredo inicia su proyecto de vida; «…gracias a eso pues empecé a tener experiencia, empecé a conocer proveedores, empecé a conocer así, pues, hasta donde uno puede llegar, ¿no? y dije; Creo que ya es momento de pensar bien en una empresa que se va a enfocar solo en unas cosas, y así me enfoque en la madera. Inspirado en el famoso libro Las aventuras de Pinocho del escritor italiano Carlo Collodi, su apellido Lugo y la N, letra inicial de la palabra naturaleza(base para crear sus productos), es como se forma el nombre LUGINI. «No quise hacer algo tan extravagante como meterle un nombre que tiene mil significados», asegura Alfredo. Librerini, triangulini y mesini fueron los productos base de la empresa, hasta que llego un amigo, «…Polo, él fue el que me comentó de un concurso, de hacer un diseño en 3D de unas gafas de diferentes épocas ¿no?, entonces yo hice unos pensados para el 2020 en donde tenían madera, una sección de madera nada más le puse y los subí a la página y, los encargados del concurso opinaban sobre los diseños que se iban subiendo y me comentaban en el mío; Oye lo del detalle de la madera está muy padre, y todo lo demás ¿no?», afirma Lugo al contar como fue que llego a la creación de las gafas. Estar en el momento correcto, en el lugar correcto y con la persona correcta es importante para el desarrollo de un proyecto sea este de la índole que sea. Eso fue lo que le paso a Alfredo, su deseo de generar autoempleo y la oportunidad de un concurso lo llevaron a desarrollar una idea que no estaba en sus planes pero si encajaba perfectamente en el proyecto que desarrollaba. Su creatividad logró conseguir la admiración de la gente y con ello la primera oportunidad de comercialización. Un Bazar donde podía mostrar sus gafas y obtener una retroalimentación que le ayudaría a mejorar su producto. Posiblemente la ganancia era poca pero la satisfacción demasiada al saber que los primeros lentes se estaba vendiendo con gran éxito. Ya con algunos pedidos, ayuda de las redes sociales y recomendación de boca en boca, Lugo empezó a planear como vender su producto a más gente de manera redituable. Apoyado de una óptica y una empresa dedicada a realizar el grabado en cada pieza, ahora inicia el proceso de distribución y comercialización en tiendas ofreciendo como valor agregado a sus gafas ser un producto único. «Siempre me gusto hacer eso, tratar de ofrecer más, algo que es muy difícil de encontrar en otros lados» Nuevos productos, nuevos materiales como la madera flexible, colaboración de artesanos de Oaxaca para apoyarlos económicamente y una empresa socialmente responsable es parte de lo que el futuro le depara a Alfredo Lugo y su empresa LUGINI. Así es como nace un entrepreneur, se gesta una idea, se plantea un objetivo, se desarrolla un proceso y se van cumpliendo metas a la par de generar nuevas. Puedes ver las gafas LUGINI en tiendas de Polanco, Roma y Condesa, además de que serán exportadas a España.