Mazurka

Experiencia personal
EL LUGAR:
Cuando entré al restaurante, me encontré con que era un lugar demasiado elegante, el lugar era del tamaño de una casa, relativamente pequeño, pero era demasiado alto el lugar, habían tres secciones en la planta baja, eran dos laterales y una céntrica, por lo cual decidimos sentarnos en el centro. El lugar era demasiado cálido, si bien no de película, si demasiado bien cuidado como para una escena teatral. Estaba invadido por los nervios puesto que iba un tanto formal, pero más casual y e lugar exigía que fueras presentado meramente de traje, entre mis compañeros estaba repleto el ambiente de risas nerviosas, puesto que no era el lugar y nosotros íbamos demasiado sonrientes. Claro, como era de esperarse, cometimos muchos errores aunque fue una experiencia verdaderamente enriquecedora, ya que esos errores o cuestiones erradicaron nuestra ignorancia en algunos aspectos, tales como:
* Ir a Mazurka es tomar tu primer trago con vodka
* Los precios son algo elevados a causa de la comida casi artesanal que sirven
* Los meseros también están para preguntarle curiosidades
* El idioma polaco es muy parecido al Alemán (al menos en fonética)
LA COMIDA:
La comida fue un mar de sensaciones perceptibles en mi boca, demasiados sabores tan familiares y a la vez tan lejanos, las texturas eran verdaderamente exquisitas. El platillo que pedí se llamaba ¨STROGGEN¨ (si, jeje lo pedí por el nombre, me pareció bastante fuerte el nombre, y porque en la descripción mencionaba que tenía trozos de carne y yo amo la cerne, aparte de que decía que el caldo era una maravilla polaca) Esos fueron algunos de los factores que tomé en cuenta para decidir sobre mi platillo y vaya que valió muchísimo la pena! ERA UNA FIESTA DE SABORES EN MI BOCA! Y una verdadera catarsis en mi cartera (je)
LO QUE ME GUSTÓ:
–La atención de los meseros era impecable y eso me producía una sensación de confort.
–La comida polaca es mágica, puesto que probé los platillos de mis compañeros y absolutamente todos estaban sensacionales y eso me produjo mucha satisfacción (sobre todo a la hora de pagar)
–La música creaba un ambiente de tanta armonía con la decoración del lugar, lo cual me provocó en un principio en mi, pensamientos melancólicos y me llevó al pasado no muy lejano y ya entonado a causa del vodka, muy bueno y fuerte por cierto. causó en mi, una sensación de superioridad a comparación de mis otros compañeros que fuero a otros restaurantes (igual de buenos por la comida según lo que mencionan y por lo cual también me atreveré a probar esas comidas diversas)
LO QUE NO ME GUSTÓ:
–Que no iba con la vestimenta adecuada, lo cual eso me hizo sentir un poco fuera de contexto.
–A causa de nuestras risas incontrolables que por supuesto tratábamos de mesurar, los meseros nos miraban con cara de que no comprendían como esos sujetos que estaban en un lugar TAN FINO, no pudieran guardar compostura (ACLARACIÓN, no estábamos de imprudentes, solamente cometíamos errores y nos causaba un poco de gracia)
lo cual me hizo sentir un bicho extraño
CONCLUSIONES:
El lugar es bastante fino y s verdaderamente recomendable ir con pareja, puesto que es un lugar que vale demasiado la pena. La comida es EXTRAORDINARIA, por supuesto recomendaría preguntar por cada cosa extraña que ves puesto que aprendes y te quitas los miedos y las penas y sobre todo, aprendes demasiado.
ME FASCINÓ!

I was an American expatriate and first ate at Mazurka in 1981 in 1982. It was an amazing restaurant back then. I’m glad to see that it is still thriving. As soon as you were seated you were immediately served a shot of vodka chilled in a block of frozen ice. Then came the cucumber salad. Then you placed your order. The atmosphere is extremely intimate. At the time there was a three-​piece string ensemble that played during your meal. I am of Slovak descent and can say that the Polish cuisine was excellent. The galobki was outstanding and I was surprised to even find it at all in Mexico City. I did have the Pope’s dinner that was ordered for me personally by the owner of the restaurant on my first visit. I strongly encourage you to seek out this little gem. Leave yourself plenty of time to completely enjoy the meal, the service, and the ambience.

No sé qué me gustó más, si la comida polaca o la atención que recibí en este lugar. El restaurante es elegante y si tienes suerte, encontrarás un cuarteto de cuerdas, un dueto o un pianista de la mejor calidad interpretando piezas clásicas para ti. Respecto a la comida: de entrada pedí una sopa de ciruela: es fría, espesa y exquisita, no se la pierdan. También probé el pato salvaje con arroz, que es la especialidad y, sin duda, es el mejor pato que haya comido en mi vida.
Cuentan las malas lenguas orquestales (es decir, mis amigos chismosos de la Filarmónica que solían tocar en este lugar) que antaño, este sitio era el restaurante favorito de presidentes y expresidentes. Afortundamente, yo no tuve la desgracia de ver a alguno por ahí. :P Si no conocen la comida polaca y quieren darle una oportunidad en un lugar con una atención de primera, Mazurca es una parada obligada.

La verdad es que nunca pensé que me fuera a gustar la comida Polaca, de hecho, nunca pensé que existiera un restaurante de comida Polaca en México. Así que cuando me invitaron a Mazurka, luego luego dije que sí, me encanta probar cosas nuevas. Al entrar me impresionó el look del lugar, muy elegante, y con aire a principios de siglo, como si estuvieras entrando al set de una película, todo elegantemente calculado con manteles blancos y largos, y una vajilla que pareciera de porcelana. Para empezar nos recibieron con un vodkita muy frío, nunca imagine tomarme un vodka derecho lentamente como lo hacemos con el tequila. Yo no quise ordenar y pedí que me trajeran la especialidad de la casa. Una sopa de hongos exquisita fue lo primero que degusté y que excedió mis expectativas, no es casualidad, es mi sopa favorita. Una carne envinada fue mi segundo platillo acompañado de una verduritas en vinagre que estaban bastante buenas. Los quesos en este lugar están buenísimos, quien pensaría que estos serían también una obra maestra de los polacos.

Nunca antes en mi vida había comido comida Polaca. Asumía que se trataba de algo muy insípido: papas hervidas, carne molida… como si fuera comida de guerra. Pero para mi sorpresa, la comida polaca es además de deliciosa llena de sabor: a hongos, a vinagre, sabores ácidos que se te quedan durante horas en la lengua. Por eso, si eres alguien a quien le gusta probar sabores nuevos recomiendo ampliamente el restaurante Mazurka.
El lugar parece un salón de té de principios de 1900, es muy clásico y señorial con mesas de cubiertas por mantel blanco y una elegante vajilla. A mí no me gusta el Vodka, pero acá es algo que se debe pedir de entrada: un vasito de vodka congelado (hay de muchos sabores, lo expertos recomiendan hierbabuena). Como entrada recomiendo pedir la sopa de hongos secos o bien una Berszcz que es una típica sopa polaca de betabel (sé que hay muchos temerosos a esta verdura morada, personalmente a mí también me asusta pero vale mucho la pena). Como segundo plato no puedes dejar pasar el pato con arroz salvaje, que es además la especialidad de la casa y creo que jamás he probado un sabor parecido. Como postre podrán pedir una serie de crepas y quesos bañados con mermeladas hechas en casa que son una verdadera delicia.