Los fanáticos del espresso siempre tendremos nuestras dudas antes de tomar un café americano. Y eso es porque casi siempre nos han vendido café quemado o espresso rebajado con agua. Por eso me extrañó que aquí enfatizaran el café americano como la estrella del lugar. Aquí preparan americano con diferentes métodos de extracción, cada uno de ellos con un matiz distinto. El chemex es delicioso, el aeropress es muy interesante y el sifón japonés es divertido de observar. Todos los baristas y Eduardo, el dueño, están siempre dispuestos a platicar y compartir su conocimiento acerca del café en general y sobre todos sus métodos de preparación. Es un buen lugar para aprender mientras se disfruta de una buena taza. Un detalle importante es que Eduardo compra café directamente de los productores, sin intermediarios, y lo tuesta él mismo, al punto exacto para hacer un buen americano que no sepa quemado. Este es un gran lugar. Un café sin pretensiones, sin adornos superfluos, sin kitsch ni accesorios, y sin baristas con sonrisas falsas que te dicen«amigo» porque así se los exige la franquicia. Aquí se concentran en lo importante: ofrecer buen café. Y habiendo buen café no se necesita nada más.
Kaylie W.
Rating des Ortes: 4 México, D.F., Mexico
This is a really cute place I stumbled upon. I adore it! I ordered a cold coffee and it tastes great. Good prices and really adorable environment.
Coppelia Y.
Rating des Ortes: 5 México, D.F., México
Seré sincera: me da miedo recomendarles este lugar, porque no quiero que me lo echen a perder. El lugar es pequeño y agradable, con una decoración mínima y limpia. La verdad es que no me imaginaba la oferta de café que íbamos a encontrar. Hay varios tipos de café americano artesanal: dripper, prensa francesa, chemex, aeropress, sifón japonés… Además, varias mezclas con leche y sabores, y una oferta básica de chapatas y pasteles. Por probar, pedimos americano de prensa francesa, un latte y un latte avellana. Descubrimos que lo hacen bastante bien en general: el americano le hace honor al grano de tueste medio, su sabor y acidez están en su punto. Los dos lattes fueron un acierto también: el sencillo, con leche espumosa y una textura cremosa increíble; el latte de avellana es sutil y no empalaga. Por si fuera poco, los precios están increíblemente bajos para la zona: la prensa francesa grande fue lo más caro que pedimos, y está en 40 pesos, más que razonable. En resumen: seguro regresaremos seguido por café aquí. Por favor, no lo pongan de moda, pero vengan seguido para que siga existiendo :)