Metrobús Nuevo León Línea 1

Reseñar el transporte público parecería estar de más, si no fuera porque en este he tenido una de las mejores experiencias de servicio que haya conocido en cuanto a transporte público se refiere.
Para empezar tengo que decir que ya era fan del Metrobús desde su primera línea en Insurgentes, pues definitivamente cambió el paisaje urbano de la avenida y, ¡por fin!, dejamos de toparnos con choferes de microbús que hacían parada donde querían, cuando querían y si querían.
Ni modo, un carril confinado y estaciones específicas, que no paradas en cualquier esquina, obligó a reeducar tanto a peatones como a automovilistas. Y aunque me ha tocado ir como sardina, considero que finalmente el cambio fue para bien.
Relato la experiencia: mi mamá tenía una comida con sus amigas en San Ángel y estaba a punto de no ir porque el coche no circulaba y el bolsillo sólo daba lo justo para su comida, no para un taxi inesperado. Ella no puede caminar y usa silla de ruedas, así que mi hija y yo nos ofrecimos a llevarla en Metrobús que, por cierto, mi madre no conocía.
Bendita silla y bendito Metrobús. Cualquiera que lo haya usado sabe que los discapacitados entran gratis, pero la atención que recibió mi mamá por ir en silla de ruedas fue excepcional desde el inicio, aún en una estación de transbordo como es Nuevo León.
Rampas, acceso, botón de aviso en la estación, ascenso, botón de aviso en el autobús y descenso fueron casi movimientos sincronizados con la ayuda de los vigilantes de estación y choferes, además de que los pasajeros fueron igual de amables. Llegamos a San Ángel a tiempo y sin problema.
No está de más recordarte que, tras tu cuota de seis pesos, puedes subir con tu bici de lunes a viernes de 4:30 a 6:30 horas y de 22 a 0:00 horas, sábados todo el día excepto de 12 a 17 horas y domingos todo el día. Así ¿quién extraña a los microbuses? ¡Yo no!