El secreto de la cocina está, siempre, en los condimentos. Siempre. Ahí está el sazón y la personalidad del cocinero y sus platillos. Antes, cuando mi madre aún cocinaba, yo era un niño y solía venir con ella a este molino. Recuerdo el olor picante del mole y del adobo, el aroma noble del maíz molido, la avena, las nueces de la india, toda esa nube de perfumes de la tierra que impregnaba el aire. Mi madre se quedaba siempre a conversar sobre cualquier cosa, un cuarto de hora, tal vez más. Si bien El Progreso es uno de los pocos lugares con tanto surtido, en cuanto a especies, semillas y pastas para moles se refiere, pero lo que hace único a este lugar es la plática de los encargados, siempre llena de recomendaciones culinarias, nuevas sorpresas, consejos y secretos que enriquecieron el sabor de nuestra mesa. Gracias a esta tienda –y a mi madre, claro– mi familia probó una porción de la dicha.
Niki N.
Rating des Ortes: 4 Mexico City, México
Un recorrido por el Centro normalmente me lleva al Mercado de San Juan, la tienda de abarrotes asiáticos que queda al lado y la Molinera el Progreso. Me fascina ir a la molinera y admirar todos los frascos de vidrio llenos de especias y nueces. Parecen tener absolutamente de todo. Desde levadura, nuez moscada, azafrán, hasta almendras, cerezas conservadas, y avellana. En vez de comprar especias embotelladas de McCormick, es más barato y divertido comprarlas sueltas en la Molineras y guardarlas en botes de vidrio reciclados.