Museo del Ejército y Fuerza Aérea

A pesar de haber tenido conflictos armados durante la historia México no se erige como un país con un ejército poderoso o intimidante, creo que la Ley de Neutralidad ha ayudado a eso, de cualquier forma tenemos ejercito y vaya que hace falta cuando hay desastres naturales, quitando la parte política de la que puede ser objeto alguna crítica al ejército, es necesario enaltecer a quienes de alguna u otra forma han de estar dispuestos a cuidar a los civiles de algún problema social que pueda abarcar a México. Es necesario que tengan su museo, para ver como ha evolucionado y saber que si algo pasa al menos podremos estar a salvo, por un tiempo, espero que nunca haya guerras y que el ejercito solo sea una reserva de prevención y no de solución. Mientras tanto seguirán por ahí desfilando cada año y haciéndonos correr cuando vayamos por nuestra cartilla militar.

La calle Filomeno Mata en el número 6 alberga el Museo del Ejército y Fuerza Aérea, donde un militar te da la bienvenida y una mujer de la milicia te pide registrarte, dejar tu mochila y te indica que no se permiten las fotografías en la sala de exhibición, pero sí en el pasillo en el cual se muestran las banderas utilizadas por los ejércitos de México y una estatua de Cuauhtémoc.
Ya en la sala principal, te encuentras con un lugar que revela la historia militar en todas sus etapas, desde que eran usadas máscaras de águila y jaguar para protegerse hasta la aviación moderna. Aquí se camina entre armamento, condecoraciones, atuendos, motores de avión, cañones, banderas del ejército, retratos de generales y artefactos varios.
Hay un espacio dedicado a los Niños Héroes con datos de sus vidas en función del ejército y de sus respectivos fallecimientos.
Si te surgen dudas puedes preguntar al militar encargado de la sala, muy amable.

La primera vez que llegué a este sitio, estaba en busca del Club de Periodistas y por alguna extraña razón terminé en este museo y resulta una buena historia, a través de la milicia.
El tiempo resulta más interesante acompañada de la guerra, por lo que resulta una buena experiencia, aunque no se permitan sacar fotos, lo que es bueno y malo, pues se incentiva la memoria.
Un espacio al que sin duda vale la pena volver, para leer con tiempo toda la información, ya que al momento en asistí, tenía el tiempo cortado. Sin duda, volveré.

Apenas cruzas el arco de la puerta, parecería que este lugar lo recorrerás en unos minutos, pues la sala es amplia aunque ocupa solo un nivel. Sin embargo, ya entrado en detalles, el museo se presta para detenerse a leer con calma las placas y observar los artículos alusivos.
He de decir que no se permite tomar fotografías en el interior del museo, dado que se exponen diferentes tipos de armas, por ello sólo comparto las del pasillo anterior.
Como su nombre lo indica, el recinto está plagado de la historia y evolución del Ejército desde la conquista hasta nuestros días, entre vestimenta, banderas, armas, fotografías, pinturas y documentos históricos.
Realza la labor del Ejército en momentos clave de la historia de nuestro país, como en la defensa del Castillo de Chapultepec o la entrada del Ejército Trigarante, todo en defensa del territorio mexicano y su soberanía.
A un costado se encuentra el Jardín de la Triple Alianza, representada por Izcóatl, gobernante de los mexicas, Nezahualcóyotl, gobernante de Texcoco y Totoquihuatzin, gobernante de Tacuba, además del busto del periodista Filomeno Mata, fundador del diario El Ahuizotl.

Ubicado en la capilla del ex convento de Bethlemitas, el Museo del Ejército y Fuerza Aérea, exhibe una colección de artefactos, documentos, uniformes y algunos estandartes, utilizados durante las guerras e intervenciones que se han vivido en nuestro país.
Este espacio resulta muy interesante, si eres de los amantes de la historia de México. Lo que más llamó mi atención son los cascos utilizados por los antiguos combatientes, y las banderas que podrás admirar, demasiado antiguas.
Lo interesante de este museo, también es el inmueble en que se ubica, pues aquí se estableció el primer Colegio Militar, después de la Independencia de México, según la explicación de los orígenes de este sitio.
No pierdas de vista las esculturas de la parte de afuera, aquí podrás admirar a guerreros como Nezahualcóyotl o Izcóatl.
El recinto se ubica en la calle de Filomeno Mata, muy cerca de la estación del metro Allende, frente a un costado del Palacio de Minería.

Ubicado justo a un lado del Club de Periodistas se encuentra el Museo del Ejército, la armada del país, ¿irónico, no? El cual fue construido en el año 1675 y fue Colegio Militar hasta 1964, cuando el entonces presidente Adolfo López Mateos entregó las instalaciones oficialmente a la Asociación del Heroico Colegio Militar para albergar al actual museo, cuya inauguración tuvo lugar el 15 de septiembre de 1991.
Como todo museo, éste tiene al alcance del público: bibliotecas, visitas guiadas, ciclos de conferencias, áreas audiovisuales y cuenta con salas de de exhibición muy dignas, donde podrás conocer versiones más completas de la conquista, colonia, independencia, intervenciones extranjeras, Juárez, el porfiriato, revolución mexicana, la industria y heráldica militar. Aunque usted no lo crea, el recinto tiene como prioridad mostrar sus valores militares y reivindicar su sentido de pertenencia. Está abierto al público de martes a sábado, de 10:00 a 17:00 horas y domingos y días festivos, de 10:00 a 15:00 horas. Es gratis