Nube Siete

#FoodPoliceRecomienda /​/​pero ojo, no para comer. La comida es de precio elevado y porciones ralas, pequeñas y nada llenadoras. ¿Entonces por qué les decimos que vengan? En franca historia para Ripley, su carta de vinos tiene excelentes precios. Es posible adquirir una botella desde 250 pesos. El restaurante es muy lindo: el paisaje de piedra volcánica debajo de su suelo de acrílico es algo que hay que disfrutar. La terraza es agradable y uno se siente a kilómetros de la CDMX, en medio del paraje más bello de toda la Ciudad Universitaria. Aunque no vivas en el sur, vale la pena el largo trayecto para traer a tu pareja e invitarle una copa en este lugar. Quizá también un postre; les recomendamos las crepas rellenas de crema de vainilla (60 pesos aprox). Para comer como Dios manda será mejor que se echen unos tacos de canasta: los que venden en la entrada del museo están ricos y cuestan 5 pesos. El servicio es muy lento y poco atento, ahí sí ni cómo ayudarles. Cuenta promedio: 300 pesos.

Avoid at all costs. I came here starving after not eating all day and couldn’t even stomach a few bites of this repulsive buffet. Absolutely dried out paella, salad dressing that was basically corn syrup… absolutely terrible.

I live in DF and come to the museum often. Nice patio, comfortable place to take a break while at MUAC. But have very low expectations– bad coffee, surprisingly bad quality, cafeteria-​style food. For breakfast we had mollletes and a crêpe. They were cold, cheese not melted, and the crêpe was a flour tortilla. Service is friendly but kitchen is incredibly slow even when you are the only customer. There is Wi-​Fi. Check out Azul y Oro next door for way better quality experience.

Es una pena que un lugar tan bonito dentro de un museo, tenga un servicio tan pésimo, media hora de espera después de pedir la orden que nunca llego y al pedir cancelar la cuenta el gerente ni se inmutó
Si andan por ahí mejor pasen al azul y oro que esta en medio de los teatros

La comida no es mala, pero el servicio es pésimo, los meseros corren de un lugar a otro sin que nunca llegue tu comida, una pena que un lugar tan bello te haga desear nunca haber pedido tu primer plato.

El lugar es asombroso con el piso de cristal donde puedes ver la roca volcánica, mi experiencia fue al desayuno y la comida es rica, los meseros un poco lentos para estar el lugar desocupado. Es un sitio que vale la pena ir, porque además está muy bien rodeado.

EL espacio está muy padre, el piso es transparente y puedes ver las piedras volcánicas debajo. Está situado adentro del Museo Universitario de Arte Contemporáneo, en la planta baja.
Es un buen lugar para trabajar ya que hay internet disponible, pero es bastante ruidoso.
El servicio es bueno, la comida es buena pero un poco cara.
Hay crepas de flor de calabaza y huitlacoche, que están buenas, enchiladas, y otros platillos.
El ambiente es un poco formal, justo para una junta de trabajo. También es un buen lugar para comer después de visitar la exposición del museo. El lugar siempre tiene mesas por lo que si vas a la hora de la comida solo esperarás un poco para que te sienten.
También tienen un espacio en la parte de afuera, justo a lado de las roca volcánicas.
Un buen lugar para relajarse también.

Lo mejor de esta cafetería/​restaurante es su ubicación y diseño. En la planta baja del Museo Universitario de Arte Contemporáneo, con paredes y piso transparentes que permiten que la piedra volcánica de los alrededores sirva como un elemento más del espacio. Sin embargo esto resulta poco cómodo al momento de comer, ya que algunos de los vidrios que sirven de piso tiemblan cada que alguien pasa junto a tu mesa.
La comida no es nada sorprendente, pero es más que aceptable. Vale la pena para pasar un rato en el lugar. Sus presentaciones pretenden ser esmeradas, aunque no tienen muchas novedades.
El servicio a veces es algo descuidado, pero si te toca un mesero atento y veloz, vale la pena quedarse a disfrutar el lugar.

Dentro del museo MUAC de la UNAM se ubica este restaurante llamado Nube Siete, este sitio es ideal para pasar una tarde tranquila y amena un fin de semana y probar el buffet que es bastante bueno, ten cuidado porque de tantas cosas buenas que hay no podrás comer de todo.
Lo quizá diferente, aunque no único, en este restaurante es que ahí mismo puedes elegir que un chef te prepare la pasta que prefieras, incluso ellos te pueden ayudar a elegir la más sabrosa.
La arquitectura de este restaurante ayuda mucho a darle una atmósfera especial, que incluso te acerca a la naturaleza, más aún si comes en el área de fumar. Los asistentes por lo general son intelectuales que acuden a alguna de las actividades culturales o estudiantes que han visitado el museo. Muy recomendable.

Ubicado dentro del MUAC, se encuentra «Nube Siete», uno de los restaurantes más bonitos al sur de la ciudad y dentro de Ciudad Universitaria.
Una de las cosas que más te impresiona son sus cimientos, sobre la roca volcánica y construido en unos 200 grados por puros cristales (suelo, ventanas, techo), lo cual te da una visibilidad total y orgánica del lugar.
A pesar de que las raciones de comida es un poco pobre, (sinceramente yo no me lleno con un sólo platillo), la presentación de los platos es hermosa y el sabor es bueno, al igual que sus bebidas.
La comunidad puma, cuenta con la gran fortuna de recibir un 10% de descuento en su consumo.
Si bien, voy consciente de que no será suficiente lo que consuma, vale la pena visitar el lugar, para que no te digan, ni te cuenten.

Nube Siete
” Es un estado de conciencia donde el artista encuentra su inspiración en el mundo de las ideas”
¡¿Qué hay mejor que un buen restaurante?! ¡Un buen restaurante dentro de un buen museo!
Este es el caso de Nube Siete. Con su salseo con mezcla de frutas, dulce y chile, Nube Siete logra deleitarte el paladar de una manera nueva, única y deliciosa. Después de haberte puesto a prueba en el MUAC, con sus exposiciones de arte contemporáneo, que mejor que descansar un poco la cabeza de tantos conceptos y darle a tu sentido del gusto lo que necesita en ese momento: continuar con experiencias nuevas pero sin pensar más, únicamente disfrutar.
La suprema de Huitlacoche es la especialidad de la casa (corazón de pechuga con salsa de guayaba acompañada con trozos de calabaza) y la puedes tomar ya sea con vino blanco o tinto. El restaurante cuenta con vinos de Casa Madero que son de Coahuila. Se recomienda una copa del Monte Villa.
Entre semana por lo regular el público son académicos de la UNAM y en fines de semana jóvenes y familias.
El platillo por persona entre 170 pesos y 250. Una botella de vino en 250 pesos y la copa en 61.
Pd. Pregunta por Joaquín Vargas
Horarios:
Lunes y martes de 9 am a 6 pm
Miércoles a domingo de 8 am a 8 pm