Antes de que me hiciera la cirugía laser para mejorar mi vista y dejar de usar mis lentes, tenía un armazón que era mi favorito e incluso duró mucho tiempo conmigo. Cada seis meses le cambiaba las micas y los mandaba a ajustar, sin embargo, un día se me cayeron y ahí empezó la historia. Uno de los tornillos que une el armazón con las pastillas que se sujetan con las orejas. Resulta que en la óptica donde los compré no pude conseguir ese tornillo, per un amigo me habló de Optiluz, Hospital de Lentes, que está en Universidad, a media cuadra del Hospital Adolfo López Mateos. Aunque son diminutos, los tornillos no son nada baratos, pero en comparación con otros lugares, este lugar los vende a un precio justo. Además vende armazones de todo tipo y de muchas marcas. Incluso, siempre tienen promociones en ciertos modelos, además de arreglar cualquier tipo de gafas.