Paletería La Estrella

Yo no soy muy afecta a tomar helados ni paletas de hielo, sí me gustan pero no acostumbro hacerlo con regularidad y mucho menos en época de frío. Sin embargo, hace unos días me encargaron que recogiera a mi sobrina de su escuela y así lo hice. Ella me dijo que me invitaba un heladito en la esquina, yo me negué pero al final terminé acompañándola.
Ya estando ahí vi con qué gusto se comía una paleta de fresa y me animé a pedir una de limón que me pareció muy buena. Nos sentamos un ratito a platicar y terminar de comer, lo que me permtió darme cuenta de la cantidad de estudiantes que compran aquí. Sin duda es un muy buen negocio y, según me cuenta mi sobrina, muy antiguo y sumamente popular.

Definitivamente una de las mejores paleterías a las que he ido, no es por nada pero el helado de chocolate con galleta es el mejor, mi preferido diría yo. Las paletas de pistache y las de arroz con leche también son muy ricas. Es perfecto para una tarde calurosa y probar la variedad de sabores que ofrecen, sobretodo sus aguas frescas, son naturales y muy refrescantes.
Pero si lo que buscas es algo un poco más cálido, definitivamente tienes que probar un café latte de moka acompañado de una rebanada de pastel de piña o chocolate, en fin es mi lugar preferido para ir con mi familia y pasar un rato muy relajado ya que por lo regular no hay tanta gente y nunca está a reventar.
Es uno de mis lugares favoritos de la ciudad y no hay necesidad de gastar tanto ya que es bastante económico.

Las canas que pintan el cabello de la señora que atiende a la mayoría de los clientes son una certeza de que en este lugar se hacen helados con tradición y gran calidad, lo que se traduce en deliciosos helados y paletas de hielo, estas últimas con pedazos de fruta incrustada, sobre todo las de guayaba y melón.
Y si de refrescante se trata, tienes que probar los helados flotantes: una prominente bola de nieve (de limón o vainilla, o de la que gustes) sumergida entre burbujeantes corrientes de coca cola. Resultado: la cura a ese bochorno veraniego, o una razón más para vivir.
No dejes de probar los helados de yogurt, que muchos consideran, el encanto principal de este lugar. Sobre todo el de cereza, que se adorna con una cereza en la punta del monte; o el de mango, que a cada mordida evidencia la pulpa tan propia de dicha fruta.