Visitar a la única abuela que tengo y de quien tomo el nombre siempre ha sido una excursión: yo vivo a un minuto del metro Copilco y ella hasta Tlalnepantla, Edo Méx. Por eso hasta hace pocos años, teníamos que desplazarnos al DF(literal) para encontrar opciones para comer, cosa que nos quitaba tiempo y nos ponía de malas hasta que Don Poncho oyó nuestras plegarias y puso un restaurante de buen tamaño donde comemos pancita, pozole, enmoladas, cecina enchilada, quesadillas, cochinita pibil y un sinfín de manjares mexicanos el el límite entre la Gustavo A Madero y Tlalnepantla. Hay café de olla y aguas naturales así como birras heladas y licuados. Lo que más me gusta son precisamente las enchiladas de mole que pican pero poco o chilaquiles verdes con pollo. De lunes a jueves está cerrado.