Panteón Francés La Piedad

El día 27 de febrero de 1989 se apagó una más de las estrellas de deslumbró durante la Época de Oro del Cine Mexicano y sus restos yacen desde ese entonces aquí, a unos pasos del metro Centro Médico y antes de llegar a donde se encontraba el viejo y bien ponderado Parque del Seguro Social, ahora Parque Delta, es el Pantéon Francés La Piedad.
En la calle 19 de este recinto, se halla la tumba de un personaje que considero mentor e ídolo, el «soltero eterno» Mauricio Féres Yázbek, mejor conocido en las marquesinas de cines como el Cosmos o el Ópera como Mauricio Garcés. Tras una batalla con un enfisema provocado por su enorme addición al tabaco, el protagonista de «Modisto de Señoras», «El Sátiro», «el Sinvergüenza» y muchas más, ahora le roba las damas a San Pedro y compañia en la movida celestial con sus restos que yacen en este camposanto.
En su momento, Francisco I Madero llegó a descansar por acá, pero por decreto presidencial, sus restos fueron movidos al Monumento de la Revolución, mientras que Silvestre Revueltas, otro famoso residente, fue trasladado a la «Rotonda de los Hombres Ilustres». Aún así, otros personajes que ahí siguen son José Urbano Fonseca, Joaquín Casasús, Torres Adalid, Mariano Escobedo, Emilio Portes Gil y la Doña María Felix.
Si eres de aquellos que apreciaba al autor del famoso «Arrroooozzz» puedes ir a renditle tributo a la tumba que comparte con sus padres en este ilustre panteón, que lució colmado aquella tarde de febrero por sus fanáticos que fueron a darle el último adiós al también llamado «Zorro Plateado».

El bullicio que forma el eje de Baja California, con la Av. Cuauhtémoc y el Viaducto, sumado a los múltiples puestos de comida y flores, contrasta con la serenidad de este cementerio que permanece aún más quieto ante la imposibilidad de que un visitante común camine por sus pasillos.
Es una lástima, pues aunque los panteones imponen respeto en nombre del descanso eterno, quienes quisiéramos caminar ahí sólo por conocer nos perdemos de la elegancia tallada en lápidas y las leyendas que cada una encierra.
No soy amante de mirar mausoleos, pero sí una curiosa de la historia de lugares emblemáticos y creo que un panteón dice más que sólo nombres y fechas conmemorativas.
Ahora sé que, además de los restos de políticos mexicanos y figuras del cine y la televisión, ahí se encuentra el Memorial a los caídos en la Segunda Guerra Mundial y hubiese preferido que no me lo platicaran.
Ni hablar, mientras el acceso siga siendo restringido, tendré que limitarme a imaginar el arte y la historia de la memoria hecha sepulcro.

Uno de los panteones más prominentes de la ciudad. Aún tiene espacios aunque los precios son altos, es por eso que familias acaudaladas tienen criptas grandes para albergar generaciones enteras.
En este cementerio descansan los restos de la actriz María Félix «La Doña», Mauricio Garcés y también personajes políticos como el ex presidente de México Manuel Ávila Camacho.
Personajes de la época de la Revolución Mexicana y otros episodios históricos también descansan aquí aunque algunos han sido trasladados a otros monumentos y espacios oficiales.
Ojalá hubiera algún tipo de recorrido turístico con las tumbas de personajes marcadas en un mapa, pero por desgracia todo indica que no está por suceder.

En la entrada una reja dice: «Heureux qui meurt dans les mains du Seigneur» «Feliz es aquel que muere en manos del Señor». No es público porque sólo puede entrar familiares que demuestren que tienen difuntos ahí resguardados. Y es que el sitio es un museo o un libro con muchos capítulos de la historia de México, ahí están los restos de las viudas de Porfirio Días y Francisco I. Madero, están los restos de José María Pino Suárez y la estrella del cine Mauricio Garcés. Tuvo que ser restringido el paso porque en los ochentas entraban a robar reliquias de las tumbas, porque para el mercado negro todo tiene valor. Lo conocí porque acompañe a una amiga cuyo linaje esta unido a Serapio Rendón, es una lástima que se encuentre resguardado del público porque es una joya, hay esculturas que parecen respirar y otras por su diminuto tamaño armadas en granito son espectaculares. Esta afuera del metro Centro Médico, hay muchísimos puestos de comida y flores que disimulan su enorme tamaño y unas ventanas desde donde puedes ver sus dimensiones.