Hay sitios que uno no quisiera recomendar. Porque de por medio hay malos recuerdos pero los buenos servicios también se imponen: Hace cinco años mi hermana –que no lo era y más bien era mi prima, con la cual crecí y por eso llamo hermana– decidió ir a conocer a su madre a Tucson Arizona quien siendo muy pequeñà la había abandonado por ir a buscar un mejor futuro para ella. La verdad es que la Tíà la abandonó y mi hermana, fue a buscar algo que no había perdido. Estando allá se involucró con traficantes ocasionales y terminó siendo la esposa de un pollero que la usó para transportar ilegales por la frontera. En una persecución murió. Ella ya no tenía contacto con nadie de mi familia y si nos enteramos del accidente que había tenido fue porque«alguien» dijo que había tenido el accidente. Luego de 6 mese la encontramos en una fosa común pues el marido criminal la dejó ahí como si fuera un perro o poco menos que un bulto. Al repatriar su cuerpo, en el cementerio de Ticomán nos ofrecieron toda la ayuda legal y las facilidades para poder enterrar lo que quedaba de su cuerpo, que por cierto no pudimos ver pues venía en una caja metálica y sellada para evitar cualquier olor. NOTA: Por cierto en este panteón está enterrado sin lapida e inscripción, el general revolucionario Victorio Rojas Olivar