Parroquia de los Santos Apóstoles Felipe y Santiago

Me dijeron que hay una hormiga pintada en la fachada de una parroquia en Azcapotzalco que sube muy lentamente hacia un campanario, y cuando esto suceda, el fin de los tiempos y de todo como lo conocemos habrá llegado. Entonces me apure en ir a verla por mí mismo, no quería que nos alcanzara el apocalipsis y yo perderme tal cosa. Y sí, en la Parroquia de los Santos Apóstoles Felipe y Santiago, efectivamente está dicho insecto al acecho del campanario para traernos el final de nuestro mundo. Esta creencia es de las que te dejan con cara de «what the fuck?», una hormiga ahí encajada que en ciertos ángulos parece el símbolo de Spiderman.
El atrio que recibe a la gente en el camino hacia la parroquia fue el espacio de la batalla final en la guerra de Independencia. Lo malo es que los jardines están algo descuidados, los muros rayoneados con nombres y en algunos puntos huele mucho a basura; esto le quita cierto encanto al lugar.

En la Villa de Azcapotzalco, a unas cuantas cuadras de las oficinas delegacionales, se encuentra esta parroquia que es de las primeras construidas durante la Colonia. Su origen, en el siglo XV, se ve reflejado en la sobriedad tanto de su fachada como de su interior. Vale la pena conocerla porque en su atrio, el más grande de la ciudad, se llevó a cabo la última batalla de la guerra de independencia, en 1821.
Además, una curiosa leyenda ronda al monumento histórico: en la torre del campanario se encuentra incrustada una enorme hormiga (recordemos que Azcapotzalco quiere decir «hormiguero» en náhuatl) que va subiendo lentamente por la pared, y en el momento en que ésta arribe a la cúspide, será cuando el fin del mundo haya llegado. Así que yo que ustedes, ¡corría a conocerla antes de que ocurra!