Esta Peletería tiene muchísimos años, ha pasado de generaciones y actualmente la atiende Apolinar, que es un chico de lo más amable y educado, además que es impecable en su trabajo. Arregla prácticamente cualquier cosa de piel cinturones, chamarras, bolsas y obviamente zapatos. Tienes servicio a domicilio, y normalmente te piden un anticipo de la cuenta final y te dicen en cuanto tiempo está hecha la compostura y a unos precios que no es por nada pero querrás pagarles de más, ya que normalmente son prendas que uno quiere mucho y que piensas que ya no tienen solución y lo que hacen es dejártelas como nuevas. Muy recomendable.