Piloncillo y Cascabel

Siempre que pasó por aquí me llama la atención este lugar, siempre tiene gente, está en una esquina muy bonita y se antoja detenerse a tomar algo. A un costado hay otros dos cafés pero este se ve más acogedor. Cuando llegué, vi la carta y los precios me parecieron bajos, la carta es breve pero se antoja! Los malo fué el servicio, nos tomaron la orden y nos llevaron nuestras bebidas, pero al final ya no regresò el mesero a atendernos y me tuve que levantar por la cuenta. Quizá sea un pequeño detalle, pero si nos hubieran atendido mejor seguro hubiéramos probado más cosas.

Le doy 5 estrella pq la relación calidad-​precio es insuperable. Entre semana hay un menú del día q puedes pedir sin saber q es y con toda confianza saber q te gustara y sorprenderá. Tiene variedad de cervezas artesanales y mezcal a precios justos. El lugar es bonito, y cambian la decoración continuamente siempre algo q llamaríà la atención d cualquiera. Vayan una vez y seguro regresan.

Es un pequeño restaurante de comida mexicana contemporánea en el corazón de la colonia Narvarte, con una variedad de platillos poco comunes, pero con un sabor que resalta y no deja nada que desear.
La decoración no se queda atrás, también es atractiva y poco común, cuenta con toques caseros y una variedad de obras de arte compuestas por colores básicos (no dejarás de mirar el menú en las columnas).
Mientras decides qué pedir el personal no dejará que tus tripas se alboroten mucho, ya que te ofrecerán un delicioso pan hecho en casa que posteriormente puede acompañar tus platillos. Les recomiendo el puerco con salsa de xoconostle, el sabor agridulce de la salsa se lleva muy bien con la carne bien cocinada.
Para acompañar los alimentos les recomiendo pedir alguno de sus refrescantes cocteles, eso sí, todos a base de mezcal.
Para terminar, si aún les queda espacio en el estómago pidan el pan de elote con crema de agave, no podrán olvidar su peculiar sabor.

Lo mejor es la comida corrida gourmet de 80 pesos. Los ingredientes, de verdad, rompen con lo cotidiano, pues explora a la perfección la cocina mexicana y los sazones de sus especias, condimentos y excentricidades. Chile, mole y xoconostle, se mezclan con sabores de otras cocinas occidentales.
Un detalle coqueto (aunque ya no sea muy original) es que puedes leer parte del menú en el pilar del interior.

La Narvarte es un lugar mítico dentro de la ciudad ya que hay zonas que parecen no haber sido tocadas por el tiempo. Todavía puede ir uno a comprar fruta a la frutería, pollo a la pollería y disfrutar de un espacio que, aunque se encuentre saturado de coches, expide un aire de tranquilidad.
Escondido en una de las calles más populares se encuentra uno de los locales con más tradición del lugar: estoy hablando de Piloncillo y Cascabel.
Este lugar es más que nada conocido por sus deliciosas comidas corridas, que además de ser baratas, encierran sabores mexicanos experimentales, deliciosos y a veces sorprendentes dentro de sus platillos.
Hay que llegar temprano para poder comer con tranquilidad, ya que la popularidad del lugar es inmensa y puedes hacer fila de una hora, o peor, sentarte cuando ya se hayan acabado los platillos de comida corrida.
El menú es muy rico, en caso de que decidas pedir de la carta y no debes olvidar llevarte un pedazo del pan dulce que hornean en el restaurante todos los días, es delicioso!

Visitar cualquier lugar y probar lo que ahí se vende me representa toda una aventura, cada que puedo me gusta salir con mi bolsa en mano y caminar sin un destino fijo para encontrar algún lugar donde sentarme a pensar o escribir, es de esta manera como llegue a Piloncillo, ahora sé que es un lugar ya de tradición en la Narvarte sin embargo cuando entre me pareció un lugar mítico.
No fue la decoración, ni la fachada, es el ambiente que se respira ya dentro del loca, los chicos que atienden son muy amables, todo es tan tranquilo, con tanta paz, la mezcla de sabores en su comida es riquísima y ni que decir de sus logias, donde aprenderás a reconocer los sabores de las bebidas mexicanas a través de una cata donde se mezclan frutas y bebidas.
Ve, seguro te gustará y me platicas tu experiencia.

Uno de los espacios más entrañables de la Narvarte es el pequeño restaurant Piloncillo y Cascabel que se encuentra justo en la esquina de Torres Adalid y Enrique Pestalozzi. Es un lugar en el que puedes disfrutar de sabores exuberantes, buenos precios y música. Dedicado a la fusión culinaria y a la experimentación en ese ramo, este pequeño espacio te recibe para que disfrutes de sus platillos de lunes a viernes de 2 a 10 de la noche y los sábados de 2 a 8 de la noche. Ahí mismo se llevan a cabo unos pequeños eventos denominados logias que es una especie de degustación de bebidas espirituosas mexicanas con combinaciones extravagantes utilizando diferentes frutas. En fin, no te puedes perder la experiencia de comer en este agradable lugar que hará a tu sentido del gusto expandir sus horizontes.
Lunes a viernes: 2 a 10pm
Sábado: 2 a 8pm