Pizza Jazz Café

Es un lugar pequeño, escondido y sabroso. Las pizzas hechas a mano son de lo mejor. Les gusta lo simple, sólo hay dos cervezas en todo el menú: clara y oscura.
Cuando hay concierto, vale la pena llegar temprano, los espacios para sentarse son pocos y si está lleno, es probable que tengas que pedir tu orden desde afuera.
Los precios son muy accesibles y el servicio es excelente.

Excelente lugar para disfrutar del verdadero sabor de la pizza y una muy buena selección de música … Muy recomendable y los precios son muy accesibles como dato la posición en el mapa es erróneo es del otro lado de tlalpan.

El encanto de este restaurante no sólo es la deliciosa pizza cocinada en horno de piedra, lo es también la música ejecutada por amantes del jazz, que vuelven del pequeño recinto un foro plenamente íntimo, en el que el placer de comer converge con el deleite de la buena música.
Debo admitir que mi sorpresa fue mayor cuando descubrí, por iniciativa de una amiga, que el Pizza Jazz Café es uno de esos lugares con encanto, ubicados en una zona que dista totalmente de ser la más adecuada para lugares con ese concepto.
Tras caminar por un tramo de la calle de Municipio Libre, llegando por Calzada de Tlalpan, pasamos por una pequeña tienda de abarrotes, y otro tipo de negocios, hasta poner finalmente un pie en este peculiar restaurante, que se ha vuelto punto de referencia para quienes disfrutamos del buen ambiente nocturno, con aires bohemios y un ambiente amigable, pues la única mesa que hay en el lugar es como la que suele congregar a las familias de aproximadamente unos 15 integrantes.
La especialidad de la casa, las pizzas, tienen nombres de las legendarias figuras del jazz: Miles Davis, Billy Holiday, y hasta una dedicada al mexicano Antonio Sánchez. Del mismo modo, en el lugar se sirven ensaladas preparadas con todo el cuidado, para satisfacer a los paladares más exigentes.
Prepárate para disfrutar del Pizza Jazz Café, en donde casi siempre serás atendido por Adrián Escamilla, creador del concepto y chef del lugar, en donde comúnmente la bohemia se disfruta totalmente. Te lo garantizo.

El placer que huele a pizza en horno de piedra, se siente el jazz en la piel y todo bajo una luz apenas perceptible. El servicio invita al cliente a sentarse con desconocidos que al final de la noche ya no lo serán, esto debido a que sólo hay una gran mesa rectangular en todo el lugar.
En el momento del concierto, se pacta un silencio absoluto que sólo podrá ser interrumpido al ritmo del saxofón que logra estremecer desde la pareja de ancianos hasta el grupo de amigos que beben cerveza mientras gozan el evento.
El único inconveniente es que el camino del metro hacia el lugar es un tanto oscuro y escondido ya que se ubica debajo de un puente, aunque todo ello es compensado por la calidad de la comida a muy bajos costos, mismos que oscilan entre los $ 130 y $ 250.