No confundir con la Plaza Juárez del Museo de Memoria y Tolerancia y la Secretaria de Relaciones Exteriores, hay todo un abismo de diferencia. Mientras aquélla es un espacio para la cultura y la reflexión filosófica(what?), la que aquí nos toca es para la perdición y el consumo. Por la mañana y la tarde(más tarde que mañana) es una plaza sencilla, sin mucha pretensión o pose más que un Starbucks en la entrada, el cual se me hace rarísimo que esté ahí porque en el interior te topas con negocios modestos y propios de una plaza de barrio(por decirlo de alguna manera) como la de San Cosme o Revolución. Se incluyen unos cuantos locales cerrados, por supuesto. Por las noches se arma la fiesta en alguno de los pisos más altos del inmueble, que cabe decir parece hotel viejo. Si pasas por ahí a altas horas escucharás el barullo y algún muchachón te invitará a pasar.