Plaza Popocatépetl

Si quieres tomar un descanso luego de una caminata por la Roma o la Condesa, la Plaza Popocatépetl es un pequeño oasis en esta última colonia, en donde podrás sentarte y refrescarte con la brisa de la fuente.
Ésta es una de las tres glorietas que hay sobre Ámsterdam, la calle que da su forma oval a la colonia Hipódromo-​Condesa, pues además está la Citlaltépetl y la Iztaccíhuatl, pero la Popocatépetl es la más grande, cómoda y sobre todod muy limpia.
Alrededor de ella hay algunos restaurantes, pero que no irrumpen con la tranquilidad del sonido del agua de la fuente que hay en medio.
Aquí se ve pasar de repente a algunos corredores, o personas con su mascota, pero sobre todo gente que se sienta en las banquitas a leer o platicar un rato.

El mejor lugar para tomar una siesta, al menos para mí. Paso mucho tiempo yendo de un lugar a otro y apenas tengo tiempo para tomarme un descanso, afortunadamente cuando ando por la Condesa sé que hay un rinconcito lleno de paz en el que puedo sentarme un rato a mirar la fuente, leer y echarme un coyotito.
La plaza Popocatépetl es un pequeño jardín en el que la gente disfruta llevando a sus perro por un paseo y algunos se echan una carrerita.
Al rededor de la plaza hay algunas cafeterías y restaurantes que puedes visitar para después esperar el desempance mirando la fuente.
Lo emblématico de esta plaza es la cúpula que se halla al centro.

Yo conocí esta plaza cuando llegué a vivir por la zona… decidí aprovechar los bellos jardines y lugares que ofrece la Condesa y la Roma, para salir a correr y hacer ejercicio, y en una de mis salidas por la mañana, al variar mi ruta, cuál fue mi sorpresa con toparme con este bello sitio… todo parecía mágico… una bella, pequeña e íntima plazita, un monumento muy hermoso con una fuente, que además funcionaba y estaba muy limpia.
Ahora, este es mi lugar favorito para hacer mis estiramientos antes y después de correr… ya sea que salga a correr por la mañana, la tarde o la noche, este lugar es hermoso y tranquilo a todas horas.
Por las mañanas, muy temprano, el señor que vive en la caseta de vigilancia que está a un costado de la fuente, se dedica a barrer todas las hojas y basura de la plaza… y es muy relajante ver cómo va haciéndo montículos de hojas en cada esquina para después alzarlas.
Un poco más tarde, cuando prenden los chorros de la fuente, se puede apreciar la arquitectura, estilo Art Decó, la cual fue armada y colada en concreto por el Arquitecto José Gómez Echeverría, en 1927, y su diseño es un volumen simple, cuatro columnas con una cúpula, con decoraciones en azulejos en tonos mayormente azules, rojos y amarillos. En el punto más alto de la cúpula tiene un vano (orificio) por donde entra la luz del sol justo en el cénit, e ilumina el interior de la estructura.
Por las noches y en la madrugada, cuenta con iluminación artificial en su interior, en tonos anaranjados que la hace lucir un poco más mística. Pero, aunque sea de noche, esta plaza nunca pierde la tranquilidad en su atmósfera.

Una de las tres glorietas que conforman el circuito original de la colonia Hipódromo Condesa, nombradas por las tres formaciones volcánicas más altas del país: Iztlacihautl, Citlatéptl y Popocatéptl. En esta se encuentra la fuente de la Bomba, nombrada así por la fuerza con la escupe el agua cuando se encuentra activada.
La Fuente está diseñada en el opulento estilo art decó y fue una obra del arquitecto José Gómez Echeverria. De las tres glorietas ésta es la más tranquila, casi no hay negocios a su alrededor y la hace un lugar perfecto para sentarse a leer un libro o simplemente tomar un descanso.

En medio de la ya de por sí apacible colonia Condesa y con potencial para hacerla lucir aún más, la Plaza Popocatépetl es una pequeña glorieta que une las calles de Av. México, Celaya, Cacahuamilpa, Huichapan y Popocatépetl.
Conocida como la bomba por la fuerza con la que arroja agua, la fuente al centro de este pequeño recoveco de la colonia ofrece un espacio relajado a través de la caída de agua y su constante resonar.
Fue construida en 1941 por el arquitecto Rafael Suárez, quien tal vez ni siquiera imaginó que se vería rodeada de algunos comercios, aunque seguro sí visualizó lo plácido que resulta sentarse en una de esas banquitas.
Si visitas el Parque México y deseas leer o descansar, aprovechando la sombra de los árboles, en un lugar aún más relajado y quieto, te recomiendo seguir por Av. México para dar con este pequeño oasis y comprobarlo tú mismo.

Para mi, una de las fuentes más bonitas de la ciudad. Construida en 1927 en estilo Art Decó por el arquitecto José Gómez Echeverría. Está decorosamente bien cuidadas. Rodeada de árboles y algunas bancas es un lugar para sentarse y escuchar el agua. Atrás va quedando el ruido de la ciudad. En las mañanas después de la salida de las personas a trabajar y los fines de semana son los mejores momentos para estar por aquí. Algunos cafecitos cercanos dan la oportunidad de beber algo, trabajar o platicar.
Arquitectónicamente, mejor dicho, visualmente tiene mucho chiste la fuente. El domo sostenido por cuatro columnas pintadas de blanco y con azulejos en algunos lugares clave le da una belleza particular. Es fácil encontrar estudiantes de alguna escuela de arte o de arquitectura replicándola en blocs de papel. Es un lugar que puedes cruzar sin poner mucha atención o detenerte un poco y disfrutarla. Incluso me ha tocado ver grupos de turistas haciendo pic nic. Seguramente ha sido testigo de muchas historias. Algunas felices. Otras, no tanto.