Si hay algo que me gusta, es entrar a mi casa y percibir el enervante perfume de las flores(así, como poema de Nezahualcóyotl, aunque recientes estudios aseguran que no es de su autoría, pero esa es harina de otro costal), por lo que procuro hacerme de un ramito de acapulcos o lilis, que son mis preferidas, para que impriman color y aroma al hogar. Y el lugar donde siempre me hago de dichas flores es de un puestito callejero que está a una cuadra de mi casa y que no falla un solo día en ponerse, por lo que, además, me ha sacado de varios aprietos en diversas ocasiones. Los precios son muy, muy accesibles y todo lo que tienen siempre está en excelente estado, así que es un negocio redondo venir aquí.