Saks

Hacía tiempo que no comía ahí. Siempre me ha parecido muy bueno, pero ahora descubrí los vinos que tienen. Son etiquetas que no encuentra uno en otros lugares, y venden para llevarlo, a precio de distribuidor. Creo que se han esmerado en el servicio. Mi mesero fue muy amable, y tuvo el detalle de correr a buscarme para devolverme un billete de 500 pesos que había olvidado en la confusión de la propina. Un detalle de honestidad que lo reconcilia a uno con la humanidad. Seguro que volveré.

El Saks. Lugar complejo. Tiene muchos pros, pero también muchos contras.
Veamos: es un restaurante fresco y agradable a la hora del desayuno. Ofrecen unos paquetes de real potencia, que incluyen buen pan, buen café, buen jugo y buena fruta. Hay una interesante sección de omelettes, así como antojitos bien escogidos. El pan dulce es de llamar la atención; el servicio, impecable. Y parece que los ingredientes son naturales y libres de cáncer y todo eso.
Ahora bien, es algo caro, pero más importante aún: muchos de los platillos principales se quedan cortos en cuanto a sabor. Esto pasa más en los de inspiración mexicana (como la machaca con huevo: llena de jalapeño, bañada en salsa verde y… ¡no pica NADA!) que en los de gusto mediterráneo (recomiendo el omelette a la griega, con buena presencia de feta y aceitunas). Supongo que no quieren molestar a su emperifollada y (en promedio) sexagenaria clientela.
A fin de cuentas el balance no es malo, porque sí hay comida de calidad. La cosa es encontrarla.

EXCESIVAMENTE CARO PARA LO QUE ES, la calidad de la comida es regular, servicio bueno.
Ordené el omelette de cuitlacoche porque sonaba espectacularmente bueno en la carta… Y en realidad fue. Poco queso… Poco cuitlacoche. Y muy poca salsa poblana… Sin olvidar la guarnición de literalmente tres papitas cambray TRES!

Cuando niño me forme un grupo de amigos de los cuales sus mamases, jajá, decidieron -¿por qué no?- hacer su propio grupito. Al pasar los años comenzaron crear una serie de eventitos, a los cuales mi madre dejo en determinado momento y gracias a Dios, de asistir. Uno de ellos era el clásico desayuno en Saks una vez al mes.
A las jefas les encantaba, ya saben la chorcha del sin que hacer, y a nosotros nos servía para ponernos de acuerdo para la fiesta saliendo de ahí. Si bien con el tiempo deje de asistir y mis recuerdos son de desmañadas de flojerita para poner mi cara frente a la turba de madres, lo único que valíà la pena era el desayuno en este lugar.
Un sitio de ambientación medieval en donde el pan es lo que hará que no te levantes de la mesa. Sus combinaciones de jugos, ya sabes como el verde y esos, son geniales y los omelettes de rechupete.
Actualmente es el clásico lugar lleno de señoras, sobre todo en fines de semana, pero que no te importe. Tú a lo que vas y listo.

Siempre he dicho que yo debí haber nacido hace unos 70 años y ahorita ser viejita.
No sé qué me pasa que en lugar de disfrutar de la flor de la vida, me aferro a los usos y costumbres de las personas de la tercera edad como el desayuno y el brunch.
Me encanta ir al Saks a tomarme un juguito, unos huevitos, un panecito de elotito y un tecito (todo en diminutivo porque así hablamos los ancianos como yo).
Ideal para personas de alma vieja y para ir a disfrutar un día sin prisas.

Este «castillito», por su estilo me encanta para desayunar, la variedad que tienen de jugos es buena y bueno, siempre para el desayuno soy muy especial, ya que no consumo nada que implique huevo, aunque el Saks por ello me agrada, por la opciones que muestra y hasta sanas.
Lo mejor es el Sandwich Vegetariano, lo amo, por bueno y porque me mantiene satisfecha hasta la hora de la comida, sin ansiedad de comer nada más.
Una recomendación pidan el jugo de manzana con perejil, quema grasa, es fibra y reduce el colestero. Auque si se animan, pueden pedir el de perejil con uva, para quemar grasa y mantener bajo el colesterol de la sangre.
En el Saks siempre lo consienten a uno, solo que a veces por la demanda de comensales, tal vez puedan decir que no.

Ubicado casi a un lado del Teatro Insurgentes, Saks inicio siendo un restaurante vegetariano delicioso, hoy en día ofrece todo tipo de cosas deliciosas para comer y desayunar. Si te gustan la comida vegetariana no olvides pedir el hojaldre de vegetales con salsa de chile poblano o también el hojaldre de camembert.
El restaurant se divide en dos partes pero recomiendo la sección antigua, ya que la nueva es un poco más obscura. Para los meses de enero, considero ideal la rosca de reyes con anís, que puedes comer ahí o llevar a tu casa para compartirla con seres queridos. Saks es un lugar ideal para ir a desayunar con tu familia los fines de semana ¡El pan de elote es de lo más delicioso que existe en esta ciudad!

El Saks es una eminencia en cuanto se refieren los desayunos. Este lugar que pareciera tener fachada un tanto imperceptible, cuenta con más de veinte años de experiencia brindando a sus comensales clásicos como el famosísimo pan de elote.
Empieza el desayuno con uno de estos o, en mi experiencia personal, aventúrate y sorpréndete con el panqué de zanahoria. La textura de cualquiera de estos dos panes es increíble pues la textura suave y el pan esponjoso resultarán un deleite que te abrirá inmediatamente el apetito.
Como plato fuerte puedes pedir algún paquete en el que te regalan fruta y jugo además de disfrutar el antojito mexicano de tu preferencia.
El local es enorme, cuenta con dos pisos y una extensión del restaurante al otro lado de la calle. El servicio es bastante amable pero los precios son un poco caros, dato que debes considerar si no quieres vaciar tu cartera desde la mañana.