Saks

Excelente lugar, excelente para tomar vino internacional, con un extraordinario menú y un servicio impecable.

Saks se ha hecho famoso por su menú variado y sabroso, pero sobretodo por lo saludable de sus platillos.
Lo primero que llamó mi atención del lugar fue su edificio. Es padrísimo entrar a un restaurante que creerías sólo te dejan pasar con vestido y tacones y descubrir que es de lo más informal y de ambiente familiar.
El menú es una combinación entre comida francesa, del Mediterráneo y mexicana. Cada una con sus respectivos platillos clásicos pero cocinados aquí con el mínimo de sal y grasa. Los platos fuertes están entre los 100 y 150 pesos. Nada mal ¿no?

Olvídate de ir a Vips y todo lo referente a esos restaurantes cuya comida es horrenda; si quieres darte un buen banquete y salir relamiéndote los bigotes con una sonrisa de oreja a oreja, ven a Saks. El desayuno y la comida son de otro nivel, nada de lo que has probado antes.
Yo entré un día por curiosidad y quedé embelesada, primero por la construcción que es de tipo medieval, con paredes y columnas de piedra, techos altos y las mesas con una decoración y mantelería de primera. Hasta los meseros te hacen sentir como en una película.
Si quieres comenzar con el pie derecho, entonces pide una pieza de pan dulce, es de lo mejor. Los paquetes de desayuno tienen lo esencial: café, fruta y el plato fuerte pero aunque sean unos simples chilaquiles, el sabor es distinto, más casero y más gourmet a la vez.
La comida ni se diga, si quieres apantallar a alguien en una cita o quedar bien con alguien de negocios, pide el rack de cordero; es el mejor corte, sencillo y la porción ideal para que tu tarde sea algo especial. No es barato, pero vamos, ¿a poco no te mereces consentirte de vez en cuando?