Salón Grisel

Este salón tiene las cuatro B: Bueno, bonito, barato, bastantito lejos. Pero cuenta con un pequeño secreto que a continuación les voy a rebelar. Sorry.
Es un sencillo salón en excelentes condiciones, muy presentable y bien cuidado. Para acceder a el, no se necesitan intermediarios, tampoco para el alquiler de mobiliario y decoración.
El salón luce con insípidas paredes en su interior, con espejos repartidos para dar efecto el viejo truco de amplitud. Pero dejémonos de cosas terrenales. Vayamos a la acción, justo en el momento cuando todo cobran vida como en un maravilloso cuento de hadas, gracias al hada madrina de la renovación que con sus diferentes hechizos de decoración pone a disposición el fino detalle que engalana la escena.
La pista exagonal pobre, simple, sin mayor chiste, donde bailaran todos los invitados felices, se decora en las alturas con el abracadabra que mágicamente hace aparecer estructuras a medida según sean tus necesidades, unos cuantos movimientos a la varita mágica y luces néón aparecen para encenderse y modernizar el lugar; qué no te gustó, no hay bronca, unas sacudidas más y un pequeño brebaje y verás aparecer guirnaldas iluminadas con series de lucen que parpadean al ritmo de tu pestañear; o si lo tuyo es algo más excéntrico, verás al hada invocar sus mágicos poderes desde la tierra de Merlín para que en un simple «pling», aparezcan las telas colgantes que ponderan el encanto de este lugar.
¡Ah! y no te preocupes, esta hada madrina no es tacaña, pasadas las doce de la noche, el aquelarre continua, ¿continuará con el mismo encanto? no lo sabemos, todo depende de cuantos grifos tengas por amigos y los invites.