Seminario del Taller Coreográfico de la UNAM

Un primer acercamiento al ballet neoclásico es sin duda con el TCUNAM dirigido con la maestra Gloria Contreras, como espectador una disfruta los domingos de sus funciones.
He tenido la oportunidad de conversar con Gloria y es una excelente persona, además de que comentaba que nunca es tarde para practicar el ballet, por lo que acepta alumnos de todas edades.
Otros días que se presenta el TCUNAM es en el Teatro Carlos Lazo los miércoles en la Facultad de Arquitectura una buena opción cultural.

En la parte posterior de la Sala «Miguel Covarrubias», recinto especial para la puesta en escena de obras dancísticas en el que he podido ver a los mejores grupos de danza clásica y contemporánea de México y algunos extranjeros; se encuentran los salones y las instalaciones en las que el Taller Coreográfico de la UNAM, dirigido por Gloria Contreras, lleva a cabo su trabajo pero también hace escuela.
En dichas instalaciones pueden ingresar niños y niñas desde los tres años de edad a adquirir y practicar el arte de la Danza Clásica, pero también personas de cualquier edad. El trabajo de los maestros, que son bailarines del Taller Coreográfico, es serio y profesional, supervisado por su directora, quien a su vez aprendió de George Balanchine y hoy es una figura importante de la Danza en México.
Yo asistí a las clases de Contrología, que es un trabajo anaeróbico predominantemente de piso, que ayuda a fortalecer el cuerpo, conseguir mayor flexibilidad y liberar la mente, a través de posiciones semejantes a las que se ejecutan en la Danza Clásica. No es yoga ni los conocidos aerobics, y es un trabajo profundo y hasta físicamente terapéutico. Es un deleite.

Siempre que recuerdo mis clases de ballet en el Seminario del Taller Coreográfico de la UNAM no puedo hacer más que suspirar. Yo le debo mi formación en danza clásica a los excelentes maestros de este lugar. En esta escuela, los estudiantes inician su acercamiento al ballet a través de la Contrología, un sistema de trabajo corporal minucioso que se realiza en el piso y que resulta muy útil y provechoso cuando los bailarines realizamos rutinas de barra o coreográficas.
Una de las cosas que más adoro de esta escuela es que imparte sus clases en los salones de la Sala Miguel Covarrubias: todos ellos tienen un bello piso de linóleo y, en general, están muy bien cuidados. Después de las clases siempre hay oportunidad de desayunar en la cafetería del Centro Cultural Universitario, sobre todo si tienes que hacer tiempo para entrar a otra clase o ensayo.
Esta escuela imparte clases para niños, adolescentes, jóvenes y adultos y tiene un horario variado que se puede consultar en su página de internet.