Meseros que, con su amable trato, te hacen olvidar que tu mamá no te puso lunch para llevártelo a la oficina en tu súper-Godínez-tupper. Carne al carbón: arracheras, hamburguesas y salmón. Muchísimos vinos para maridar, menús de cuatro tiempos un poco caros pero que, realmente valen la pena. Aceptan tarjeta y aún no me la han clonado, entonces te puedes relajar a la hora de pagar. Los postres son dulces, de esos a los que ya les pusieron el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios(IEPS) por aquello de que«engordan», y gelatinas en vasito de plástico. Lo malo: después de atragantarte tu pedazo de vaca, tu arroz, quesadillas y postre(o lo que pidas en el menú «ejecutivo») tendrás que subir unas escaleras para regresar a Insurgentes Sur. ¡Uff! El restaurante está en un sótano frente a Metrobús Olivo(dirección sur), justo debajo de un Green Grass. Ah sí, también tienen desayunos pero nunca he ido porque siempre llego tarde a la oficina…