Este es un lugar de muchos años, yo empece a ir cuando era niña y sigo yendo sólo que un poco menos seguido. Este lugar está un poco escondido, pero los que ya lo conocemos llegamos súper raro. Aquí los precios son muy buenos y las instalaciones también. Si no gustas de jugar hay una área así como de «gradas» por si vas con familiares a los que no les agrada este juego y sólo te vienen a acompañar no estén incómodos. Venden aguas, refrescos y palomitas. Las personas que asisten a este lugar ya son de varios años y entre ellos se conocen, realizan retas y torneos pequeños.