No hay mucho que decir del Starbucks que no haya de diferente en algún otro. En esta sucursal el servicio es muy lento, tanto que siempre hay fila cuando llegas y en más de una ocasión les he dicho que me vuelvan a preparar mi bebida porque se han equivocado. Cabe decir también que en general los precios de los alimentos y bebidas son caros a comparación de la calidad recibida. La verdad prefiero caminar una cuadra más para ir al café Cielito Querido donde el precio es un poco menor, el sabor es mejor y la atención a preparar laa bebidas es la adecuada.