La cervecería antigua de barrio, la convergencia y gusto por contar historias aquí es. Sólo para locales y aventureros con ganas de beber una cerveza clara u oscura de las marcas con tradición. La mejor parte son las tortas de Nico, que en realidad las prepara una dama sonriente y son de queso, pollo, milanesa, jamón o huevo. Un sitio que abre desde las 8 de la mañana y cierra antes de que comience el alcoholímetro, pero como todos los que llegan son peatones, huyen de tales encontronazos. Esta afuera del metro Centro Médico, atrás de la Comex y enfrente de un estacionamiento en Tehuantepec. Tiene un enorme letrero luminoso que siempre esta apagado y que no revela más que un local pequeñito, con un refrigerador, un almacén de cartones de cervezas, sillas pegadas a la pared en forma de circulo y una rockola que canta en voz baja. Sitio discreto, casi para los que quieren desaparecer por una tarde y resucitar su espíritu aventurero.