Lonchería la Rambla

Abierta desde 1928, al entrar a la Rambla este pequeño pero sabroso espacio es como un viaje al pasado. Su decoración sigue intacta a pesar del tiempo, al menos eso dice mi papá que conoció esta belleza desde que era un niño y mi abuelo lo llevaba. La tradición continuó y ahora mis primos y yo no perdemos oportunidad de entrar a nuestra segunda casa, porque así te hace sentir su gente, cada que vamos al centro a comprar ropa o a echar trago. Pasar a la Rambla es un DBDDB en mi familia. Sin ver la carta, cuando la mesera se acerca ordeno mis favoritos; un caldito especial con pavo, la quesadilla sencilla (riquísima: jamón, quesillo, bañada en un guacamole que no pica pero le da un toque perfecto), y dos tacos de ternera con rajas, ¡¡qué ricura!!, por supuesto todo acompañado de la infalible Mundet roja. Sin duda alguna, mi lugar favorito en el centro.

La Rambla es legendaria. No lo digo solamente yo, lo dicen los miles de comensales que se dan cita en el interior de esta antaña pero siempre entrañable lonchería, reminiscente de los viejos tiempos cuando no había nada mejor para un citadino, que zamparse una torta de pavo con un Orange Crush de vidrio.
Aquí las especialidades son el pavo, sin duda, pero también resalto las de ternera, con carne suavecita que podría decirse, se derrite en tu boca, o la de lomo, que es rígida pero llena de sabor. Todas las tortas se preparan con un extraño condimento, como una especie de masa verdosa (asumo que algo de aguacate tiene) que le sienta verdaderamente bien al platillo.
Las rajas que se disponen en las mesas son deliciosas, y tienen un aroma y gusto particular que no encontrarás en ningún otro lugar.

Para los amantes del pavo, Loncheria La Rambla tiene un lugar reservado durante los 365 días del año.
He visitado este sitio en muchas ocasiones y es uno de mis favoritos pues lo práctico de sus alimentos, la rapidez en la atención, pese a que en ocasiones haya fila de espera, son dos de los factores que han generado el éxito del establecimiento.
Aquí siempre hay tortas de pavo, las cuales son mis preferidas, pero si quieres probar las de bacalao, te aseguro que no te quedaras con un mal sabor de boca.
También puedes ordenar sincronizadas y no te olvides de pedir un consomé, pues es otra de las especialidades de la casa.
El precio de los productos es bastante accesible, el concepto, de los mejores. Sin duda alguna, la experiencia que tienen los propietarios de este negocio es bastante notoria, pues según se dice este lugar abrió sus puertas en 1928.

Pavo todo el año!!!
Mi abuelita me compartió que este lugar era bien conocido y ya de tiempo atrás. Muy famoso por sus alimentos preparados con pavo. Esta ave es la reina de la casa y por ella se hacen largas filas en diciembre para quienes buscan llevarse comida para llevar.
Hay precios para todos los bolsillos y fácilmente puedes quedarte un rato en sus mesas donde te transportarás al centro histórico imaginando los años que han transcurrido. El lugar no ha permitido que el tiempo lo cambie mucho, según palabras de mi abue.
Abre diario de 9 de la mañana a 9 de la noche. Y siempre tiene gente: D

En una calle que toma dotes de bares con giros recientes, Lonchería La Rambla es pionera en ese formato, pues lleva décadas, es una fonda antaña, con comida mexicana, regional de lo más común, sin embargo, también tiene tortas las cuales son deliciosas y tienen los ingredientes adecuados, con el sazón adecuado, deliciosas con todas las de la ley, además de bebidas, cervezas y algunos vinos, aunque no gran variedad, ya que es un lugar económico.
El consumo va de los 50 a los 100 pesos. La lonchería es barata, sin pretensiones, austera, un lugar hecho para cumplir el antojo, eso sí, hecho con productos frescos. Además, la fonda cuenta con platillos locales, como el pavo, pierna al horno y lomo adobado. Deliciosos con la simple descripción. Además, parte de su receta es que sus cocineros llevan años ahí, lo cual habla de un estilo propio. Normalmente nadie destaca los chiles en vinagre, pero son deliciosos, algo tienen, que hace al lugar muy entrañable y con ganas de volver por una exquisita torta bien hecha.