Este chico conquistó mi paladar y mi corazón, aguas! no piensen mal, me conmovió la pasión y dedicación que le entrega a su negocio. Qué pan de bolsita de abarrotes ni nada! Este pan de horno es la mera onda, no puedo creer la cantidad de pan que este chico hornea y vende, aunque no me lo crean, la gente se pelearía por comprarle. La primera vez que pasé por este lugar, el joven quien arduamente atendía las peticiones de los clientes, no dejaba de sonreír en ningún momento, como si le emocionara la idea de saber que iba a tener que hornear más y más, a pesar de que la parejita de ancianos que estaba antes que yo, no dejaban de preguntar y preguntar que si esto, que si aquello, que si el clima… en fin. El chico no tuvo problema en decirles todo lo que tiene que hacer para brindarle a la gente la mejor calidad de pan, había pasado casi toda la noche horneando, sin embargo eso no era impedimento para que él se levantara temprano y abriera el negocio. Yo le compré una concha y un pequeño cuadrito que según yo eran pasas pero no estoy segura, el punto es que estaba a todo dar, un sabor bien casero, muy bien elaborado y único en su especie. Según me informó, lo que más se vende son los Croissants, la gente siempre le hace pedidos de esos, y claro él lo hace con todo gusto, no dudo que este negocio del Barrio Antiguo vaya a llegar lejos.