La Anacua

En esta ocasión no voy a hablar de la comida de este lugar ya que a esa no le pongo pero, no a menos lo que e probado de este lugar
Hablará de sus instalaciones y del como visita tras visita se ven mas deterioradas
Llegue a la mesa que escogí, al momento de cambiar mi sobremantel porque estaba sucio resulta que el de abajo estaba aún peor y no ese no lo cambiaron
En general falta una limpieza al lugar, las fotos los adornos las lámparas las bocinas lucen sucias, las vigas despintadas
La atención fue lenta para haber tan pocos comensales 5 mesas en total, no encontraba al mesero y cuando se lo pedía a otro iba y búscala al que le correspondíà la mesa y eso hacia mas lento el servicio
Como dije al principio la comida es rica, los precios son accesibles, eso no hay duda, pero porfavor atiendan las otras cosas que aunque la comida sea buena es mejor un lugar agradable para comer, disfrutar y recordar

Pescados y mariscos regios. En La Anacua vas a comer los platillos del mar más normalitos, no hay nada exótico o super raro, con salsas bizarras ni nada. Hay lo de siempre, pescado, ancas de rana y camarones, todo empanizado; cocteles de camarón, tostadas y también hay pescado frito entero, puede ser mojarra o mi favorito, el huachinango.
Si quieres algo ligero pide el Bardal, que son camarones con aguacate, o las ancas de rana a la plancha (si nunca has comido ancas no le tengas miedo, son muy sabrosas, parece más pollo que pescado y no tiene olor). Si quieres algo más llenador vete por los camarones rellenos de queso envueltos en tocino, el filete relleno de camarón o los camarones gratinados.
El ambiente es super familiar o en todo caso grupos de señores que aprovechan para chelear en la hora de comer antes de volver a la oficina. Cae mucha gente de las oficinas de gobierno cerca de la macroplaza, que son medio exigentes, así que el servicio es rápido y eficiente. Hay estacionamiento al lado del local sobre Constitución.